En un hospital de Santiago de Compostela

Iván recibirá las sesiones de electroshock que sean "convenientes", según sus médicos

El joven de Arzúa recibió este lunes la sexta sesión de electroshock. Juan Carlos, su padre, continúa en huelga de hambre para que se detenga un tratamiento que, de momento, no tiene fecha de finalizaciónE

Instalaciones del Hospital Provincial de Conxo en Santiago.

Instalaciones del Hospital Provincial de Conxo en Santiago. / J. M. RAMOS

Jesús Souto Rodríguez

Iván, el joven de Arzúa que está siendo sometido a una terapia electroconvulsiva (TEC) en el Hospital Provincial de Conxo (Santiago de Compostela) en contra de su voluntad y de la de su familia, recibió este lunes la sexta sesión de electroshock. Juan Carlos, su padre, continúa en huelga de hambre a las puertas del complejo sanitario para pedir que se detenga un tratamiento que, de momento, no tiene fecha de finalización. "Nos han dicho que le aplicarán las sesiones de electroshock convenientes y que al parecer faltan pocas", señala el progenitor, quien dice sentirse "peor por la situación que estoy atravesando que por la falta de alimentación".

Dado que la semana pasada le prohibieron ver a su hijo cuando una enfermera le descubrió intentando que Iván le firmase una autorización para acceder a su historial (prohibición que denunció en comisaría y ante la Guardia Civil) sólo puede verle a través del ventanal de un pasillo. Sí podrá verle este martes.

Mientras tanto, Juan sigue recibiendo muestras de apoyo de numerosas personas que se solidarizan con sus firmas en la campaña que inició para pedir que se paralicen las sesiones de terapia electroconvulsiva y atendiendo a los medios de comunicación que se interesan por este caso.

La mesa instalada por Juan Carlos a las puertas del Hospital Provincial de Conxo continúa así recogiendo firmas. En las últimas horas la campaña iniciada por el padre de Iván sumaba la adhesión de Fernando Abraldes, presidente de la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS, reclamando alternativas frente al tratamiento que está recibiendo Iván. Abraldes afirma que el colectivo que lidera prepara un escrito, y quiere dejar claro que “Iván ten o dereito fundamental a decidir sobre o seu corpo”. Tienen claro que “deberíanse buscar alternativas para conciliar a súa negativa cos medios deste hospital”, y rechaza de plano “que se recorra a mecanismos coercitivos”. También asegura que hubo “máis casos polémicos” por motivos similares en este centro.

Los médicos subrayan que el facultativo debe decidir

Varios han sido los facultativos y sanitarios que han opinado a lo largo de esta polémica sobre la terapia electroconvulsiva (TEC). Con las debidas reservas por no conocer el caso ni al paciente de primera mano, José Ramón Silveira, presidente de la Asociación Gallega de Psiquiatría, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatrría Clínica y psiquiatra de reconocido prestigio, quiere dejar claro que “hay miles de estudios desde hace más de 50 años que demuestran la eficacia y bondad de la terapia electroconvulsiva”, efectiva “en los casos en los que se combinan síntomas de esquizofrenia, depresión, catatonia o ideas de suicidio, dos o tres o cuatro de estas circunstancias” y que, además, “se aplica tanto a embarazadas como a ancianos, porque es tolerable y tiene eficacia”. También habla de sus logros, aportando que “del 50 por ciento de los pacientes que no responden bien a un tratamiento por depresión grave, el 80% responde bien a la TEC, y ésta remite”.

En cuanto a la capacidad del paciente –en referencia a su consentimiento para que la familia solicite el historial–, indica que “si el forense y el juez entienden que no tiene la capacidad de conocer, y es manejado por la enfermedad, está claro que no puede decidir”, y que “si en este caso hablamos de un paciente con internamiento involuntario, parece lógico pensar que no estaría preparado para firmar ningún documento legal que, en cualquier caso, no tendría validez”. Por último, al respecto de la huelga de hambre del padre, Silveira rechaza hablar de tal decisión, pero es consciente de que el TEC está “muy estigmatizado” entre la sociedad actual.

Eduardo Iglesias, presidente del Consello Galego de Colexios de Médicos, también recurre a la cautela, al “desconocer” su intríngulis, pero indica que esta terapia se aplica “en unos 3.000 casos al año; a veces funciona, y otras no”. Al respecto de la solicitud de consentimiento para acceder al historial del joven, subraya que “son cuestiones complejas, más legales que médicas”, y sobre la huelga de hambre de Juan Carlos, deja claro que “un médico no indica un tratamiento si no piensa que va a funcionar; él es quien decide, y a veces desconfiamos en exceso”.