Un vecino de un municipio de Alicante estalla contra el "ritual de apareamiento" de sus vecinos: "Se escucha absolutamente todo"

Nunca llueve a gusto de todos. Que se lo digan a un vecino de Ibi, en Alicante, que se ha visto obligado a mandar un mensaje a unos -a priori- escandalosos miembros de su comunidad. Los destinatarios de sus palabras son una pareja que vive en otra vivienda del bloque y el motivo del comunicado, que ha roto las fronteras del edificio en el que ha aparecido y ya circula con fuerza por los dominios de internet, reside en la activa vida sexual que comparten estos residentes, para ser exactos, en el sonido derivado de la misma.

En su queja, el responsable afirma estar "un poco hasta los cojones" debido al desenfreno exhibido por los artífices de estos íntimos (y por lo que parece, salvajes) actos de amor: "Se les escucha absolutamente todo". El vecino no da detalles de los ruidos en cuestión, pero sí señala que se producen "cada noche", cuando los implicados ponen en práctica su "ritual de apareamiento" y despiertan e impiden ver la tele tanto al damnificado como al resto de residentes, ya que el autor del mensaje emplea en todo momento el plural.

Para rebajar algo el tono de su airada crítica (quién sabe si para disimular cierta envidia, tal como apuntan diversos comentarios que ha generado la difusión del cartel vecinal), el afectado indica que le "parece de puta madre" que lo hagan. "Todos lo hacemos", ha añadido a continuación, algo que ha sido puesto en duda por muchas de las personas que han interactuado con la publicación de @LiosdeVecinos, cuenta responsable de dar a conocer este y otros episodios que suceden en las comunidades españolas.

En la imagen del cartel, que ya suma varios centenares de reacciones, se puede leer el contenido íntegro del comunicado, en el que el autor suplica a la pareja responsable de estos apasionados actos "tener un poco de comprensión y respeto hacia vuestros vecinos". "Que somos gente que madrugamos y queremos descansar", implora en la parte final de la carta, que es la antesala a una última recomendación que con no demasiado cariño dedica a los fogosos amantes, involuntarios protagonistas de esta historia: "Cerrad la ventana campeones o poneros un bozal en la boca".