Pascal Henry, de 46 años, casado en 1997 y luego divorciado, no tiene hijos. Originario de Ginebra (Suiza), vivía en Collonges-sur-Salèves, en la Alta Saboya francesa. La Tribune de Geneve no ha hallado rastro de la empresa de mensajería para la que trabajaba en el registro mercantil de Ginebra. Nadie se explica cómo un mensajero puede ahorrar la fortuna necesaria para una vuelta al mundo gastronómica.