La Audiencia condena al pederasta de las Trescientas, Abel Márquez Carretero, a 77 años de prisión por delitos sexuales contra 20 menores cacereños. Todos varones del mundo del fútbol. Los conocía porque Abel trabajaba como ayudante de entrenadores en un equipo de la ciudad. El tribunal considera acreditado que cometió siete delitos de agresión sexual, otro de agresión sexual en grado de tentativa y diez de utilización de menores para la elaboración de material pornográfico.

La sala ha probado también, según confirmó el abogado de oficio defensor de Abel Márquez, Miguel Castro Vega, que cometió un delito de exhibición de material pornográfico a menores, otro de difusión de pornografía y ocho delitos de coacciones en grado de tentativa. La Audiencia no ha probado que cometiera esos delitos contra los otros 16 menores que le denunciaron (se presentaron 36 denuncias contra Abel Márquez).

Por otro lado se le absuelve de un delito de coacciones en grado de tentativa, de diez de elaboración de pornografía (seis de ellos en grado de tentativa) y de tráfico de drogas.

La Fiscalía solicitaba en su escrito de acusación 221 años de prisión por 39 delitos relacionados con abusos sexuales a menores; mientras que su defensa pedía su libre absolución. El acusado, que se declaró inocente en el juicio, insiste en que él no ha cometido los hechos por los que ahora se le condena y advierte de que recurrirá la sentencia al Tribunal Supremo. De la resolución, que tiene 82 páginas, solo trascendieron ayer los delitos que Abel Márquez cometió y la condena, para preservar la identidad de las víctimas, todas menores de edad.

DESDE ENERO Abel Márquez, de 33 años, lleva en prisión provisional desde enero, cuando fue detenido por la policía. El arresto, como adelantó en primicia EL PERIODICO, se produjo tras ponerse las primeras denuncias en la comisaría.

El Servicio de Atención a la Familia de la Policía Nacional comenzó entonces una investigación en la que se descubrió que el pederasta se había creado un perfil falso de Tuenti, con el nombre de Marian, a través del que contactaba con los menores, todos varones.

Cuando tuvo indicios suficientes se personaron en su domicilio familiar de las Trescientas, donde residía con sus padres y dos de sus hermanos, para detenerle y registrar su cuarto, del que se llevaron su ordenador portátil y su teléfono móvil.

La Delegación del Gobierno confirmó tras la investigación que Abel Márquez comenzaba a conversar con sus víctimas a través de esta red social, para después acabar enviándoles imágenes de alto contenido sexual que bajaba de internet. En ellas aparecía siempre una mujer desnuda a la que nunca se le veía la cara (se las enviaba engañándoles para que pensaran que esa mujer era Marian).

Después, a los menores les solicitaba que le enviaran fotos suyas también desnudos o en posiciones eróticas. Una vez que éstos accedían a mandarle las imágenes, intentaba quedar con ellos en persona --siempre haciéndose pasar por una mujer-- y, si los menores se negaban, utilizaba las fotos para amenazarles con publicarlas en internet si no accedían a tener un encuentro con él.

LA RAPIDEZ Lo curioso de este caso es la celeridad con la que se ha resuelto. En Madrid, quince días después del arresto de Abel Márquez, fue detenido un profesor del colegio concertado Valdeluz, acusado de abusar sexualmente durante ocho años de, al menos, 15 niñas, muchas de 6 y 7 años. Días después se detuvo al director y al jefe de estudios (luego fueron puestos en libertad) acusados de encubrir al presunto agresor. Sin embargo, mientras en Madrid aún no se ha celebrado el juicio, en Cáceres ya existe condena.

El Juzgado de Primera Instancia Número 5 de esta ciudad concluyó la instrucción del pederasta cacereño en menos de cinco meses (en junio) y la Sección Segunda de la Audiencia fijó el señalamiento del juicio para el pasado 3 de octubre (solo tres meses después de finalizar la instrucción). El juicio duró trece días y se celebró a puerta cerrada por petición de la presidenta, María Félix Tena. La causa no fue otra que la de preservar la identidad de las víctimas, que declararon en la sala de tres en tres y en sesiones de tarde.

El abogado de la defensa (del turno de oficio), Miguel Castro, destaca la labor desempeñada por la Audiencia "para preservar la identidad de las víctimas y del acusado".

EN TIEMPO RECORD La decisión de la condena por parte del tribunal se ha realizado también en tiempo récord: Solo seis días después de que finalizara el juicio. La Fiscalía sostiene que la celeridad se debe a la trascendencia del caso, uno de los más mediáticos. De hecho la petición de los 221 años que realizó el Ministerio Fiscal (al final ha sido condenado a 77 años) ha sido la mayor de las que se recuerdan.

La familia de Abel Márquez es conocida en Las Trescientas, barrio en el que ha residido toda la vida. El tercero de cinco hermanos, era aficionado al fútbol, deporte en el que jugaba en la posición de portero. Ha participado en el campeonato local de fútbol sala con el desaparecido equipo A.D. Extremadura y en las ligas menores de Fútbol 7. Esa afición le llevó a ser ayudante de entrenadores, donde se relacionaba con sus víctimas.

Según Miguel Castro la familia se encuentra destrozada, pero confía en que con el recurso al Supremo se aclaren aún más los hechos. El abogado defensor solicitará ahora la puesta en libertad de Abel Márquez, que ya le ha sido denegada en dos ocasiones.