TEtl sofocante calor que llevamos viviendo durante éstas últimas semanas impide conciliar el sueño. Las noches de verano se viven entre ventiladores y ventanas abiertas, con varias idas y venidas a la cocina en busca de refrigerio, mientras el ruido de los motores de los aparatos de aire acondicionado vicia ese silencio tan propio de las madrugadas.

Aún flota en el aire el olor a pasto quemado procedente del incendio que se originó el pasado sábado a pocos kilómetros de la ciudad, devorando cerca de 2.000 hectáreas, y que ayer jueves vio su nivel de peligrosidad reducido a cero, declarándose como "controlado" por parte del Infoex.

El olor impregna los sueños, empapa la piel, y durante la noche ahúma las cortinas, que apenas se mueven, anhelando una leve brisa que las haga bailar. Mientras, los afectados, en vilo, sobre el colchón, repasan mentalmente los pasos a seguir la mañana siguiente con las labores de limpieza, y consolándose con un "pudo haber sido peor".

El calor irrumpe el descanso de aquellos cuyas vacaciones aún están por llegar, pasando las noches dando vueltas sobre las sábanas, buscando el descanso en sueños cubiertos de sudor.

Y hay quienes achacan su insomnio al miedo, un miedo que no se deriva de las últimas noticias de no-gobierno, ni de la política del miedo que, poco a poco, se extiende de norte a sur, sino al mensaje apocalíptico difundido en el último vídeo de la organización 'End Times Prophecies', y que puede verse en la popular página web Youtube.

XUN MENSAJEx audiovisual de 17 minutos de duración, en el que se predice que el fin del mundo llega hoy mismo (sí, amigos, hoy 29 de julio), día en que los polos de la Tierra se invertirán, provocando una variación significativa de temperaturas que provocará el Apocalipsis. Terremotos, volcanes en erupción y huracanes precederán al "fin del fin", o eso al menos es lo que aseguran.

Si están leyendo estas líneas, hemos de suponer que tal miedo no ha sido más infundado, salvo que tengamos hasta las doce de esta noche para dejar nuestros asuntos zanjados. Sea como fuere, se sientan o no cohibidos por tal premonición, no olviden coger el abanico, porque sea o no hoy el fin del mundo, las temperaturas que alcanzaremos prometen ser parecidas, y volverán a desvelarnos.