Pese a su juventud, tiene tan sólo 17 años, Alejandro Barriga Torrejón tiene muy claro su futuro. Reconoce que tiene "alma de científico", y le gustaría dedicarse "a la investigación". Entusiasmo no le falta a este joven cacereño, como tampoco preparación, algo que ha demostrado recientemente en la fase regional de la Olimpiada de Química, donde se ha clasificado para ser uno de los tres estudiantes que representarán a Extremadura en la fase nacional, que se celebrará el 22 y 23 de abril en Vigo.

En la fase regional de esta olimpiada, dirigida a alumnos de segundo de Bachillerato y con el objetivo de potenciar las ciencias entre los estudiantes, han participado este año 90, 7 de ellos cacereños.

Alejandro, con su segundo puesto en la regional --el primero y el tercero los consiguieron dos alumnos de la provincia de Badajoz--, será el único cacereño que tomará parte en la fase nacional. "Será muy difícil conseguir uno de los tres primeros puestos que te permiten participar en la olimpiada europea, pues dicen que el nivel de la fase nacional es muy alto, pero lo intentaré, si no clasificarme, sí al menos quedar bien".

Por el momento, su afición por la asignatura de Química ya le ha dado un premio de 220 euros en metálico y un viaje de dos días a Vigo para dos personas. De conseguir el primer puesto en la fase nacional tendría la carrera de Química pagada, aunque él quiere estudiar Biotecnología. De ser segundo o tercero, contaría con una subvención para sus estudios universitarios, además, lógicamente, de un puesto en la fase europea.

Alejandro es como cualquier joven de su edad, aunque no oculta que siempre ha sido un buen estudiante. "Mi vida es muy normal, me gusta salir y divertirme con mis amigos y no soy ningún empollón, yo incluso diría que soy algo vago, lo que ocurre es que tengo ciertas facilidades para el estudio y además me organizo bastante bien".

Asegura, también, que nunca se ha sentido marginado o acosado por sacar buenas notas. "Yo creo que las cosas han cambiado y ahora sacar buenas notas no es motivo de rechazo, yo diría incluso que es motivo de envidia, aunque siempre hay malos rollos por parte de algunos, pero a mí éstos me dan igual, los que de verdad me importan son mis amigos, y a éstos les tengo".

Le gusta mucho Cáceres, hasta el punto de que es en esta ciudad donde le gustaría trabajar, pero considera que "en esta ciudad faltan alternativas para los jóvenes" y que "el ayuntamiento debería esforzarse para disponer más medios para el ocio juvenil".

Sobre su futuro insiste en que le gustaría la investigación: "Me gustaría trabajar en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, donde es posible que pudiera conseguir algún puesto, pues la carrera que quiero hacer sólo lleva dos promociones; o en la universidad".