Dado en Olmedo, el 18 de mayo de 1258, existe un Privilegio Rodado del Rey Alfonso X, confirmando la Carta de Población otorgada a Cáceres, que a su vez había sido ratificada por su padre Fernando III. Como surgieron problemas entre Cáceres y Badajoz por cuestiones de términos, Alfonso X dictó una Sentencia en Sevilla el 17 de Abril de 1264, aprobando el laudo pronunciado por el tribunal arbitral nombrado para dirimir esta contienda. Según Floriano Cumbreño el límite entre Badajoz y Cáceres quedó fijado por medio de una línea que iba desde la Nava de las Vacas (Navacas hoy) hasta el punto en que el Alpotreque entra en Bótoa.

Las poderosas órdenes militares que rodeaban el término municipal cacereño eran fuente de conflictos con motivo de la protección del ganado lanar, defendiendo el usufructo de los pastos y evitando el cruce entre estos animales. Desde la fortaleza de Alconétar, propiedad de los templarios, se producían invasiones de sus ganados en el término cacereño y por el puente debían de pasar carretas para abastecer Cáceres, surgiendo multitud de disputas con motivo de los impuestos a pagar.

Poseemos dos Mandatos dados por el rey Alfonso X: uno, dado en Toledo el 15 de Febrero de 1279 ordenando a los Alcaldes de Cáceres y a los Entregadores de los pastores para que guarden y respeten las dehesas que el Concejo tiene establecidas obedeciendo las Cartas reales que la Villa poseía y, el segundo, otorgado en la ciudad de Castrill el 22 de Noviembre de 1280, ordenando a los Entregadores de la cañada de los pastores del Reino de León (Alcaldes de la Mesta), que respetaran los acotamientos hechos por el Concejo de Cáceres en los pastos de Zafra y Zafrilla ante los abusos que estos cometían.

Las milicias cacereñas apoyaron en varias ocasiones al rey Alfonso X concediéndole diversas concesiones. Por una Carta abierta dada en Toledo el día 12 de Febrero de 1273, Alfonso X exceptúa de todo pecho a los caballeros de Cáceres que hubiesen llegado a vejez o a pobreza, lo mismo que si tuviesen caballo y armas para la guerra y a las viudas de los caballeros, lo mismo que si viviesen con sus maridos.

En este orden de cosas, Alfonso X otorgó una Carta abierta, dada en Burgos el 12 de Junio de 1277, prometiendo al Concejo de Cáceres no pedirle por razón de pecho, sino solo una moneda forera al año. Esta concesión, que era una refundición de impuestos en uno, tuvo carácter general para todas las villas del Reino de León. En Burgos el rey Alfonso X recibió a una delegación cacereña, dando una Carta abierta el 18 de Julio de 1276, concediendo a la Villa de Cáceres la división del tiempo asignado para la celebración de la Feria en dos épocas distintas del año, que en el Códice de los Fueros se le otorgaban. Las dos fechas escogidas en Abril y Noviembre, estaban en relación con las costumbres y tradiciones agrícolas y ganaderas del término. Así Cáceres, según Rubio Rojas, tendría dos ferias, una en los últimos ocho días de Abril y primera quincena de mayo, para el tráfico de ganado lanar y, la segunda, desde el 30 de Noviembre al 15 de Diciembre, que sería una feria dedicada fundamentalmente al ganado porcino.

Por último, señalar que Cáceres en el litigio sucesorio del rey Alfonso X tomó partido por su hijo Sancho, apoyado fuertemente por la familia de los Blázquez, que al fallecer su padre, el 4 de Abril de 1284, fue coronado en Toledo el 30 de Abril de ese mismo año.