El palacio de los Golfines de Arriba está empezando a sentir los efectos de la cercana obra del hotel Atrio en la calle Olmos. Así al menos lo han comunicado los propietarios del palacio, Mercedes López-Montenegro y Pascual Churruca, al ayuntamiento tras detectarse la aparición de nuevas grietas en la torre principal del edificio, la más cercana a la zona donde se excava el subterráneo del hotel, y pequeños desprendimientos de ladrillo en una bóveda de la planta baja.

Técnicos del ayuntamiento se trasladaron ayer al palacio para supervisar los daños denunciados, que se han corroborado aunque no existe "peligro inminente", según confirmaron a este diario fuentes municipales. Aún así, desde los servicios técnicos del consistorio se solicitarán "aclaraciones" tanto a la empresa constructora que ejecuta los trabajos (Placonsa) como a la dirección facultativa de los mismos sobre la maquinaria empleada y para "asegurarse de lo que ha ocurrido".

MEDICION POR SISMOGRAFO Asimismo, la empresa instaló ayer un sismógrafo para medir las vibraciones que se transmiten desde la obra a los muros del palacio. Estaba previsto que el sistema estuviera en funcionamiento 24 horas y ayer, según pudo saber este diario de fuentes de la empresa, dieron resultado negativo. La propietaria del palacio, Mercedes López-Montenegro, advirtió no obstante de que precisamente ayer no se había utilizado un martillo neumático que provoca supuestamente las fuertes vibraciones y que ha sido el causante de los daños en el inmueble colindante.

Los propietarios de los Golfines han presentado sendos escritos al consistorio, uno el viernes y otro ayer por la tarde, denunciando el uso indebido de herramientas supuestamente no autorizadas en esta zona de la ciudad por sus elevadas vibraciones, como es el caso del martillo neumático que se está utilizando para perforar una piedra del terreno. Fuentes de la obra confirmaron que se había empleado dos días la semana pasada.

"Estamos inmensamente preocupados porque además nos han dicho que lo van a seguir usando. Van a realizar agujeros en la roca con un turbocompresor y completarán el trabajo con el martillo neumático", explica López-Montenegro. Esta envío también ayer un burofax a la constructora expresando su rotunda oposición al uso de este tipo de maquinaria "inadecuada".

Cuando comenzaron las obras del hotel, y dada la proximidad con el palacio, sus propietarios advirtieron de los riesgos que corría la realización de la planta sótano prevista en el proyecto, aunque este cuenta con todos los permisos necesarios tanto del ayuntamiento como de Patrimonio. "A nosotros no nos molestan las obras, sino los daños", explicó Pascual Churruca. Este diario trató ayer de contactar sin éxito con los dueños de Atrio.