La principal fuente de financiación de la Iglesia en la provincia son las aportaciones voluntarias de los fieles. El año pasado fueron 3.069.618 euros, casi la mitad del total de los ingresos. Le siguen en importancia el capítulo de otros ingresos corrientes (1.284.618 euros, en los que están incluidos 591.000 euros de subvenciones públicas a Cáritas) y la asignación tributaria procedente del IRPF (1.201.901 euros).

En cuanto a los gastos, el capítulo más cuantioso es el de gastos de conservación y funcionamiento, con 3.258.899 euros. Le siguen los gastos de las acciones pastorales y asistenciales (1.834.970 euros) y la retribución del clero (956.003 euros). Respecto a este último capítulo, los representantes de la Diócesis comentaron que la retribución media mensual de un sacerdote en la provincia está en torno a los 600 euros.

El vicario de Pastoral Social, Jesús Moreno, recordó que buena parte de la labor social se realiza gracias al voluntariado de unas 5.000 personas.