Eva Téllez tiene 31 años y dice que ha encontrado "su medio de expresión" tras participar durante dos meses en un curso de retoque digital en el centro de formación del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) en la capital cacereña. Ella es una de las 23 artistas digitales que forman parten de la exposición titulada Sueños epidurales , que permanecerá expuesta hasta el próximo sábado en la Sala de Exposición Permanente Municipal, en la plaza de Publio Hurtado.

El perfil de los participantes no se parece en nada a los de una exposición convencional. Todos son parados o habían acudido al curso para mejorar su formación, como Eva, que trabaja en informática. Celia María Martín, docente del centro del Sexpe, se ha metido a los alumnos en el bolsillo y ha conseguido motivarles para que busquen su vena artística: "Quería hacer prácticas de empresa, pero no era posible. Así que planteé una idea diferente, más allá de que les dieran el título y salieran corriendo", explica la profesora.

La experiencia fue un éxito y la exposición se convirtió en el fruto del trabajo de sus alumnos en tres especialidades: pintura, escultura y retoque digital. En la muestra hay, por ejemplo, cuadros escaneados y luego impresos, y otros que surgen de la pantalla en blanco del ordenador. Jaime Pazos, de 20 años y sin empleo, tenía conocimientos de Photoshop y había retocado imágenes. Ahora hace arte digital a partir de una pantalla en blanco. Con el ratón realiza las formas, luego los volúmenes y aplica el color. No le hacen falta pinceles.

Sin formación básica

La profesora matiza que la diferencia entre los pintores convencionales y los digitales radica en que los primeros tienen una formación previa en carboncillo, mientras que para los segundos ésta no es imprescindible. "Lo bueno que tiene el ordenador es que, sin tener ni idea en un principio de cómo componer o poner un color en su sitio, pueden llegar a cosas interesantes. Al que ya tenía algo de formación plástica le viene muy bien porque es un paso más", dice.

Para Francisco Javier Cruz, de 16 años y uno de los más jóvenes del grupo de artistas digitales, sus obras parten de un dibujo hecho a mano, luego escaneado y finalmente coloreado con un programa informático. Afirma que nunca pensó que el curso del Sexpe le permitiera descubrir su faceta de artista digital hasta ahora oculta.

A José Encina, un vigilante de seguridad de 38 años, la experiencia le ha servido para demostrar que "en Cáceres desde las bases la gente de la calle también podemos hacer arte", mientras enseña con orgullo una obra en la que ha logrado un fotomontaje fantasmagórico con la imagen de un cementerio.

La exposición se ha convertido para otros en un complemento a su formación profesional. Pedro José Carrasco, de 31 años y con conocimientos de fotografía, se dedica a hacer montajes. Está feliz porque ha encontrado el camino a la creación digital. Una demostración más de que las nuevas tecnologías también sirven para descubrir artistas.