Tres tiendas en algo más de dos horas. Así fue el periplo de un conocido delincuente de la ciudad que el pasado sábado fue detenido por la Policía Local después de haber recorrido varios establecimientos en tiempo récord. Su trabajo se inició en torno a las seis de la tarde. A esa hora robó en una tienda de bisutería de la calle Pintores. Tras el golpe, descansó, y a las 20.30 horas acudió al Tambo que está en la calle Salamanca. Diez minutos más tarde se desplazó hasta la farmacia de la calle Cuauhtémoc, donde también robó.

A la larga crónica de sucesos del fin de semana hay que sumar los tres accidentes de circulación que se registraron en el casco urbano. El primero de ellos se produjo el viernes en torno a las 07.30 tras una colisión múltiple en la avenida de las Delicias, en la intersección con el acceso al cementerio. Se vieron implicados cuatro vehículos, con resultado de daños materiales.

En la madrugada del sábado tuvo lugar otro en la avenida de Cervantes, a la altura del edificio La Estrella, donde un vehículo impactó contra otros cuatro que estaban estacionados. El conductor resultó herido leve. El tercer choque se produjo a las 08.45, cuando el camión matrícula CC-6487-U colisionó con un pivote de la plaza del Socorro.

EL CHINO DE LA CALLE RODANO

Aldea Moret volvió a protagonizar este domingo la noticia. Esta vez la víctima fue un repartidor a domicilio de comida china, que en el intervalo de llevar el pedido a unos clientes en la calle Ródano le sustrajeron el ciclomotor con el que transportaba la mercancía. Una dotación de la Policía Local rastreó, sin éxito, la zona.

Otro de los sucesos importantes se desarrolló en la calle Antonio Floriano Cumbreño. A la altura del número 8 se cayeron unos ladrillos que causaron daños materiales a varios coches. La Policía Local acudió al lugar de los hechos y acordonó la zona. También se avisó al administrador, que se hizo cargo de los desperfectos. Los bomberos tiraron parte de la cornisa, que acusaba peligro de desprendimiento.

Los agentes también tuvieron que acudir a la estación de Renfe, donde una viajera disminuida física tenía problemas para montar en el tren, después de haber sacado el billete de ida y vuelta en Madrid. A la viajera se le facilitó una hoja de reclamaciones.