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Las obras de remodelación de la perrera municipal estarán concluidas antes de fin de año, según confirmó en declaraciones a EL PERIODICO el alcalde en funciones, José Joaquín Rumbo de la Montaña, quien avanzó que el proyecto, que cuenta con un presupuesto inicial de 60.000 euros, está actualmente en fase de contratación. "Esperemos que en la segunda quincena esté ya la mesa de contratación para dar luz verde a la actuación", aseguró el concejal.

Esta inversión se une a la subvención anual que el ayuntamiento destina a la perrera desde que en febrero del 2000 firmara un convenio con la Asociación Cacereña para la Protección y Defensa de los Animales, por el cual esta última se encargaba de las instalaciones para convertirlas en un centro de acogida y adopción de animales abandonados. El consistorio, por su parte, corre con los gastos de luz, agua y teléfono y una persona de la plantilla municipal trabaja en la perrera. Hace poco más de un mes el equipo de gobierno adquirió un coche para el transporte de los animales.

La perrera municipal cuenta actualmente con 22 cheniles que tienen una capacidad variable de entre uno y tres perros cada uno y dos recintos vallados para soltar a los animales. Unas instalaciones adecuadas para acoger a unos 60 perros y que actualmente dan cabida a 75. "Estamos hasta arriba, como casi siempre", denuncia Juana García, presidenta de la Protectora cacereña. Las obras se centrarán, previsiblemente, en solucionar los problemas más urgentes. Entre ellos destacan el arreglo del pavimento --muy erosionado debido a las estrictas medidas higiénicas a las que se le somete a diario-- y construir gateras. "El tema de las gateras nos urge especialmente, queremos dar cabida a todos esos gatos abandonados y no tenemos instalaciones suficientes", explica García.

AUMENTO DE ABANDONOS La situación de overbooking que atraviesa la perrera municipal de Cáceres está motivada por el incremento en el número de animales abandonados. En el primer semestre del 2006 entre 225 y 250 perros han pasado por las instalaciones de la protectora. Unas cifras que demuestran que lo que antes era un fenómeno asociado al periodo estival ahora se ha generalizado a todas las épocas del año. "Es cierto que observamos que días antes del 1 de julio o del 15 de agosto se produce un leve repunte, pero el abandono se ha generalizado a todas las épocas del año", afirma una resignada Juana García.

El mensaje que lanzan desde la Protectora de animales a todos aquellos que abandonan a sus mascotas es claro: "Antes de dejar a un perro en medio de una carretera completamente desorientado es preferible darle una muerte digna".

Los seis voluntarios y los dos empleados de la perrera municipal concentran sus esfuerzos en cuidar lo mejor posible de los animales que hasta allí llegan. Lo primero que hacen al recibir a un perro abandonado es identificarlo con un nombre y un número y apuntar su fecha de ingreso en el centro en un libro de registro. A continuación se les abre una ficha y se les somete a un reconocimiento físico: desparasitación interna y externa, vacunación, colocación del chip (de acuerdo con la Ley de Protección Animal) y realización de análisis de sangre si el animal tiene más de ocho meses son las pautas a seguir. En caso de que el análisis de sangre revele alguna anomalía en la salud del perro, este será inmediatamente tratado por un veterinario.

Sin embargo, el objetivo de los voluntarios de la perrera es que la estancia de los animales en el