El ayuntamiento comenzó ayer los trabajos para demoler el altillo que él mismo autorizó en la casa número 9 del barrio de San Antonio (el barrio judío), de la cantante Pilar Boyero que vive en ella hace tres años.

El consistorio ha contratado a una empresa y sus operarios iniciaron ayer la colocación de los andamios para trabajar en la cubierta. Las obras se ejecutarán de forma subsidiaria, por lo que el ayuntamiento prevé cobrar su coste --alrededor de 24.000 euros-- a los propietarios de la vivienda, a pesar de que la reforma se ajusta a la licencia, como adelantó ayer este diario.

El litigio por el aumento de volumen --iniciado hace cuatro años--, la sentencia judicial que obliga a la demolición y la ejecución misma del fallo sienta un precedente importante en la ciudad monumental. La licencia que concedió en su día el ayuntamiento --el 19 de noviembre de 1999-- fue la primera en la que se daba luz verde a la elevación de una fachada principal de una casa del casco viejo --50 centímetros--. El Plan Especial de protección de este entorno no permite este tipo de actuaciones, por lo que no se otorgan licencias para ellas y esta fue una excepción.

El equipo de Gobierno, que denegó en dos ocasiones anteriores el permiso, decidió autorizar el altillo para dar habitabilidad a la vivienda, que estaba casi en ruinas y no reunía las condiciones mínimas por las reducidas dimensiones de las habitaciones.

Sin embargo, el vecino de la casa de enfrente, José Olivas Zuil, se consideró perjudicado, ya que el aumento de volumen le tapaba las vistas de la Montaña de las que antes disfrutaba, y recurrió la licencia ante los tribunales. Las obras llegaron a estar paralizadas pero, tras varios informes, el ayuntamiento permitió su conclusión.

Olivas Zuil, que ya no vive en la casa y la tiene en venta, reconoció ayer su "inquietud" por la situación generada, pero mantuvo que la obra es un "menoscabo" de sus derechos. "Yo disfrutaba de un bien --las vistas-- que ahora no tengo", declaró.

LAMENTO MUNICIPAL El ayuntamiento difundió ayer un comunicado en el que lamentaba la situación ocasionada, pero escudaba su actuación de demoler el altillo en el cumplimiento de la sentencia judicial y en el hecho de que el denunciante "ha mantenido su pretensión hasta la fecha". "Al ayuntamiento no le queda más remedio que ejecutar la sentencia", dice la nota.

En la práctica, es frecuente un ligero recrecimiento de las fachadas o cubiertas en las rehabilitaciones del casco antiguo, según ha reconocido un técnico municipal, aunque en ningún caso se ha llegado a la demolición aunque se denunciaran.

Dicho fallo judicial, del 4 de noviembre del 2003, certifica que las obras realizadas por Pilar Boyero en la rehabilitación de la vivienda "son conformes" a la licencia que le dio el ayuntamiento, sin embargo dicho permiso no cumple el Plan Especial, por lo que esta se considera "ilegal".

Además, el magistrado del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Jesús Luis Ramírez incide en que el ayuntamiento no aportó al pleito ninguna prueba que demostrara la necesidad de aumentar el alto de la casa para ganar en habitabilidad, como se justificaba para la licencia.

Pilar Boyero ha anunciado que demandará al consistorio por daños y prejuicios en base a que su actuación se ajustó a la licencia que éste le otorgó, como certificaron los técnicos que inspeccionaron la casa y la propia sentencia. La cantante cacereña y su pareja tienen que abandonar su casa durante los trabajos. Además, la eliminación del altillo suprime el único dormitorio de la vivienda, que sólo consta además de cocina, salón, baño, un pequeño vestidor y un sótano que la pareja utiliza como local de ensayo.