Ha vuelto a ocurrir. Un grupo organizado ha conseguido llevarse bajo su ropa perfumes valorados en unos 1.000 euros de un establecimiento comercial situado en Mejostilla. Han sacado los envases poco a poco a lo largo de varios días, en horario comercial, utilizando de nuevo, según presupone la policía, bañadores de mujer pegados al cuerpo para poder disimular los artículos escondidos al pasar por las cajas. La Policía Nacional comunicó ayer a EL PERIODICO que en los dos o tres meses previos a la Navidad se incrementan este tipo de hurtos, en concreto perfumes, jamones y bebidas alcohólicas, perpetrados por grupos rumanos "perfectamente organizados, que luego venden los artículos en mercadillos de las afueras de Madrid", explican fuentes de la Comisaría.

"En octubre, noviembre y diciembre se registra un aumento de los hurtos en supermercados. Son fechas de mayor consumo, de regalos, en las que estos artículos robados tienen más salida en la calle", subrayan las mismas fuentes. Lógicamente no solo ocurre en Cáceres, pero la proximidad de Extremadura a Madrid y el hecho de que no existan férreas medidas de seguridad en los establecimientos contribuye a atraer a estas bandas itinerantes , que cometen varios robos y se marchan rápido.

"Suelen dejar un coche en la calle y van entrando y saliendo de un establecimiento, y a la vez de otros cercanos si los hay, sacando pequeñas cantidades bajo la ropa. Las van depositando en el maletero", explican desde la Comisaría cacereña. En el caso de los jamones o artículos más voluminosos, difíciles de esconder, los sacan en carros por las puertas de los empleados, por cajas cerradas o por otros recovecos que han estudiado previamente. También utilizan el recurso de cambiar las etiquetas. Los productos, que suelen ser de calidad o de marca, acaban vendiéndose a la mitad de precio en el extrarradio de Madrid.

PILLADOS ´IN FRAGANTI´ Hace tres semanas se produjo un arresto por este motivo. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en Cáceres a dos hombres y una mujer de nacionalidad rumana residentes en localidades próximas a Madrid, como presuntos autores de hurtos en establecimientos de una cadena comercial. Vestían bajo su ropa unos bañadores de mujer para guardar los efectos sustraídos al descuido, que posteriormente dejaban en el vehículo y continuaban con su labor. Entre lo que llevaban en el maletero y lo que portaban encima les fueron interceptados 148 paquetes de chicle, 28 de jamón de primeras marcas, 18 botes de champú y 10 botellas de bebidas alcohólicas. Fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, que decretó su libertad con cargos.

La Policía Nacional intensifica estos días la vigilancia en las calles y da indicaciones a los supermercados para que llamen en cuanto perciban un robo. Pero incluso en caso de capturar a los ladrones in fraganti , éstos suelen salir airosos de la situación. "Al final, en muchos casos solo se les puede atribuir una falta de hurto en grado de tentativa. Además, resulta difícil demostrar que forman un grupo organizado. Ellos saben muy bien cómo hacer para aprovecharse de estos resquicios legales", precisan las mismas fuentes.