Un truco es un ardid, la magia en cambio es ilusión y ahí radica su misterio, en que en ella no hay engaños, más bien habilidad para realizar cosas extraordinarias como hacer que un anillo de tu dedo comience a volar o que de una servilleta de papel salga una rosa. Y eso es lo que Jorge Luengo hizo el miércoles en el Teeboo, el pub de La Madrila Alta. Así que gracias Eduardo por abrir tu local para que disfrutáramos con la exhibición de nuestro mago más internacional, proclamado en agosto campeón del mundo de magia durante el campeonato celebrado en Pekín.

Jorge nació en Cáceres hace 25 años y aunque los Reyes lo sorprendieron una mañana con un juego de Magia Borrás (¡quién no pidió un juego de Magia Borrás a los Reyes!), lo cierto es que mucho antes, nada menos que con 4 años, Jorge ya demostraba sus dotes para la magia, afición heredada de su padre, el médico Santiago Luengo, y de su primo Javier.

La infancia de Jorge transcurrió feliz a los pies del número 35 de Ronda del Carmen. Jugaba con Manuel, Fernando y Miguel Angel Lara Sierra. Le gustaban los juegos de cartas y de estrategia en aquel mundo sin prisas entre la calle y el Licenciados, su colegio. Luego fue al Brocense; le daban clases Manoli Camacho, de Lengua, y Maite Rivas, de Física y Química. José Enrique, Juan y Cristian eran los de su panda, iban al ciber, a la plaza... Jorge se hizo ingeniero informático y ahora da clases de Matemáticas en el Instituto Número 6 de Plasencia.

Pero la pasión de Jorge es la magia, esa que consigue que cuantos acuden a sus actuaciones se ilusionen. Por ejemplo, Satur, que es Saturnino Royo Galán y que, la verdad, sigue siendo tan rey de la noche como cuando iba al Bugatti, que era un karaoke de Obispo Segura Sáez. El lecherino , mote que heredó de su padre, estaba en el Teeboo, aunque él también es forofo del Latino´s, el bar de los hermanos Tercero.

Este chaval de Concejo salió victorioso del sarampión, la meningitis y el paludismo que tuvo de pequeño y que le dejaron como secuela una epilepsia por culpa de la que una vez le dieron por muerto. En la habitación colocaron su ataúd y cuando lo iban a enterrar despertó con la frase: "Mamá, pan" .

Satur ha sido de todo: guía de la parte antigua: "La porte de l´étoile, la maison de Les Golfines..." , decía con gracia a los turistas, que le daban una propinilla. Fue mozo de espadas de Morenito de Cáceres o Palomo Linares y durante años conseguía a los directores de cine todo cuanto le pedían cuando venían a rodar a Cáceres: burros, gallinas, ojos de toro y hasta carromatos del siglo XVI, algo que le sirvió para conocer a figuras de la talla de Alain Delon, Ana Mariscal y Gerard Depardieu.

Pero lo que siempre recordaremos de Satur fue aquel día en el bar Los Angeles cuando logró comerse un jamón de siete kilos, 14 bollos de pan y beberse 16 Trinaranjus. Todo ello en un tiempo récord: 2 horas y 20 minutos. ¿Pura magia verdad?

Arroyo se llena

Cada 15 días 500 aficionados acuden al pabellón de Arroyo de la Luz a ver a su equipo femenino de voleibol. El Extremadura Arroyo milita en el Grupo A de Liga FEV del voleibol español y el jueves fue su presentación. Acudimos al hotel Agora, donde se produjo nuestro feliz encuentro con Adolfo Gómez, Tate, que además de entrenador del equipo es otro mago porque Adolfo entrenó al Licenciados Reunidos, al que elevó a División de Honor.

Eran los años de Vicente García Candela, Diego Rodríguez, Jesús María Chusma Gómez y Jorge Gómez (hermanos de Adolfo), Arturo Méndez, Angel Bermejo, Juan Carlos Vera, Javier Jiménez Lara (gran tenista que presidió el club Cabezarrubia).

Qué tiempos los del Licen en Gómez Becerra donde se hacía hasta 5º y luego te ibas a Plata de Osma hasta COU. Tiempos de Enrique Pizarro, el de Educación Física, de Ricardo Durán, de la señorita Maruja, que daba Física y Química y tenía un corazón muy grande, de Eufemio Rubio...

En la presentación del equipo conocimos a tres de sus jugadoras: Maite Alonso, de Almendralejo, y Flavia Lima y Hellen Silva, que son de Sao Paulo (mucha suerte). También vimos al alcalde de Arroyo, Santos Jorna, a Fabián Quesada, director general de Deportes, a la periodista Belén Moreno (¡qué alegría que estés de nuevo en Cáceres!) y al presidente del equipo, Francisco Hurtado (nos encantó el tono de su móvil).

En Cáceres hay casas llenas de magia. Nosotros vimos una el jueves por la noche en la calle Pizarro, donde el bar La Habana, de Pache, ha cedido la primera planta a Artistas y Obreros del Mundo para que los cacereños descubramos por dentro uno de los edificios más bellos del Modernismo cacereño. La casa, propiedad de José Luis Jabato, ha sido transformada en un espacio para el arte a lo berlinés. En sus cuartos se dan cita la pintura, el vídeo, el graffiti...

Nos gustaron todas las obras, en especial la casa de los horrores de Javier Remedios (se nota que está en un proceso creativo realmente interesante), y también la estancia del agua de Emilio González, Juan Jiménez Parra y Felipe Pulido, seguramente porque en sus cientos de botellas se pueden meter mensajes que luego se enviarán al Atlántico. Y eso suena cantidad de romántico. Pero hay más: el cuarto oscuro de Carlos Criado (genial el rollo de papel higiénico), la alta cuna de Angel Sotomayor, Ana Gallego y Felipe Ortega, el grafía room de Tocha y Jonatares...

La muestra, comisariada por Marce Solís, Elisa Blázquez (aunque ella prefiere que la llamen inspectora jefe) y el propio Sotomayor, reunió a mucha gente: María Llanos (el viernes 13 inaugura exposición), Juanjo Cortés y Lourdes, Boni y Bea (preparan disco), Paco Lobo, el escultor César David, Laura Caldera, Elena Nevado que no se pierde una, Sánchez Lomba, Rosa Perales, Jeremías Clemente, María José Muriel, Laura Alcázar (te echamos de menos en el 2016), el escultor José Antonio Calderón, Fernando Jiménez Berrocal, Bola y JC...

Antes fue Valeri (tienda de caza y pesca de Valeri, que jugaba al fútbol con Andrés Remedios), luego fue Bálago, el bar de Talo, y desde hace 20 años es Cañadul, de Goyo y Demetrio, donde Javier Arroyo firmó el jueves un disco mágico: Sur mira al sur (enhorabuena Javier).

Y cuando el grupo Lusenas llena de ritmos celtas el Iris Fleadh en San Jorge, nosotros cerramos los ojos y vemos salir la rosa de la servilleta, los 16 Trinaranjus, el remate de las chicas del volei, un piano que mira al sur y una botella que llega al Atlántico con un mensaje que dice: Bienvenidos a la ciudad de la magia .