Los niños de Primaria estaban en el recreo cuando de pronto vieron a nuevo compañero, tenía pico, alas gigantes y un precioso plumaje. No era un alumno al uso, más bien un invitado extraordinario, una cría de buitre que había salido de su nido intentando volar y que terminó en el patio del colegio de Las Josefinas. Pareciera ésta la historia de un cuento que una de las profesoras del centro escolar cacereño explica en clase bajo la atenta mirada de sus párvulos. Pero no es así, es real y sucedió esta mañana en Cáceres.

Al ver al animal, la revolución fue mayúscula, los niños empezaron a gritar, los profesores los llevaron a una parte del patio mientras el polluelo remontó el vuelo y se posó en la ventana abierta de una de las clases de 1º de Secundaria. Entonces lo maestros subieron y consiguieron que la cría no entrara en el aula.

María José Jiménez, psicóloga del colegio, inmortalizó con su móvil el momento, igual que hizo Rafael Vizcaino, que lleva las cafeterías de las facultades de Filosofía y Letras y de Enfermería del campus universitario de Cáceres, y que pasaba por allí en aquel momento. «Era un buen bicho y, claro, se ha montado un gran revuelo», relata Vizcaino a El Periódico Extremadura, mientras con emoción cede a este diario las imágenes del animal en el recreo y los niños, entretanto, en la otra punta del patio. A Laura Martín le pasó algo parecido, es una gran amante de la fotografía y al ver el espectáculo no dudó en captar con su cámara el bello momento en el que el animal, como un avión, despliega sus alas dispuesto a aterrizar.

Tras unos minutos, volvió el buitre a sortear los tejados hasta que llegó a un edificio de Sanguino Michel, del que no conseguía salir, mientras muchos curiosos, móvil en mano, ardían en mensajes de whatsapp enviando fotografías de la cría.

Desde el Centro de Recuperación de Fauna de Sierra de Fuentes acudieron en busca del animal, que ya está a buen recaudo. Han explicado esta mañana que se trata de una cría que o bien salió del nido y aún no tenía mucha destreza para volar o bien había comido mucho y la pesada digestión le impedía una adecuada movilidad. Ahora, en el centro velan por esta linda pieza que ha pasado los cuidados del veterinario y que seguramente en pocos días volverá a surcar el cielo cacereño.