Promeimsa compró por 4,8 millones las dos fincas a los hermanos Casares Muriel y Casares Sánchez en 1999. Lo hizo unos meses antes de proponer al ayuntamiento la permuta. El ayuntamiento estaba obligado a obtener el suelo al estar calificado como zona verde y no planificarse alternativas a la expropiación. Las dos familias habían propuesto unos años antes una solución: edificar en parte del suelo y ceder el resto para zona verde. Se desestimó, con lo que pidieron que le expropiasen las fincas. Pero antes de acabar el plazo para iniciar la vía judicial se vendió el suelo a Promeimsa. Se valoró en 4,8 millones porque se calculó que era lo que podía corresponder a una expropiación en base a aprovechamientos urbanísticos circundantes, explicó ayer uno de los hermanos. Promeimsa compró por 4,8 millones y en el año 2000 transfirió el 50% a Pronorba por 2,4 millones. Ambas empresas lograron en 2001 parcelas del ayuntamiento con una edificabilidad valorada en 14,9 millones. «Me parece vergonzoso que alguien se haga con un terreno por un precio y en dos años se multiplique por tres (...) el ayuntamiento no estuvo ágil, debió iniciar antes la expropiación», aseguró el portavoz de C’s, Cayetano Polo. «Comprar por 4,8 y vender por 14,9, con un incremento de casi 3,5 veces en dos años, fue un pelotazo», apuntó el edil de Podemos, Ildefonso Calvo.