El acceso a calle Roso de Luna desde la plaza de San Juan se realiza pasando bajo un par de zapatillas unidas por un nudo en los cordones de ambas y colgadas de uno de los cables de la luz. "¿Qué significa eso?", se preguntan algunos comerciantes de la zona que atribuyen el ornamento a una gamberrada.

Sin embargo la gamberrada tiene nombre: shoefiti . Y su práctica se está extendiendo por España --desde enero se han fotografiado ejemplos en ciudades como Madrid y Valladolid-- en medio de las críticas de unos, la defensa de aquellos que lo consideran una nueva manifestación artística y la curiosidad de quienes se topan con un par de zapatillas prendidas en un cable de la luz --hay varios ejemplos menos depurados, en un descampado situado al final de la calle Concordia, en los que dos piedras anudadas a los extremos de una cuerda y colgadas de un cable de la luz emulan el fenómeno shoefiti --.

Orígenes siniestros

Poco se conoce del fenómeno de las zapatillas colgadas, aunque algunos foros de internet dedicados a recoger imágenes con ejemplos de calzado aéreo alrededor del mundo, sitúan el inicio de este fenómeno en Estados Unidos, y atribuyen su significado a motivos siniestros como la señalización de un asesinato de la mafia ocurrido en ese lugar. Otras tesis igualmente siniestras apuntan a que el fenómeno se inició en los barrios más conflictivos de EEUU hace unas décadas y que con las zapatillas colgadas marcaban el territorio de cada banda e incluso puntos de venta de droga.

En todo caso, buceando en la red se encuentran tantas interpretaciones como ejemplos de zapatillas colgantes, y algunas muy alejadas de las oscuras motivaciones de sus supuestos orígenes. Entre ellas, la conmemoración del fin del curso académico, el anuncio de un próximo matrimonio en la zona, o incluso una gamberrada con la que tratan de emular el caso que retrata la película de Tim Burton, Big Fish , en la que los vecinos de un pueblo arrojaban sus zapatos a un árbol para prenderlos en sus ramas, si lo conseguían significaba que nunca podrían abandonar la localidad.

Quizás ese haya sido el motivo por el que alguien decidió lanzar un par de zapatillas sobre el cable de la luz que une ambos extremos de la calle Roso de Luna. O quizás lo haya hecho alguno de los defensores de lo que en algunos círculos se señala ya como una nueva manifestación artística. De hecho, shoefiti es un juego de palabras en inglés que combina el vocablo shoe (zapato) y graffiti y designa la afición que practican aquellos que adornan las calles colgando calzado de todo tipo en los cables. En España, se han visto ejemplos de zapatillas colgantes este año en ciudades como Madrid, Barcelona o Valladolid. En Cáceres alguien parece haberse apuntado a esa extraña afición. ¿Gamberrada, arte o moda en ciernes?.