La masificación turística en la época estival ha despertado las alarmas en varias comunidades y ciudades de España menos en algunas localidades como Cáceres. En Barcelona e Ibiza, la ciudadanía ve el excesivo turismo como el asunto de mayor preocupación, incluso por encima del paro. La demanda de millones de visitantes estacionales ha sido destructiva para el patrimonio cultural. Así, pese a las buenas cifras económicas que generan los visitantes extranjeros que eligen nuestro país como destino para sus vacaciones, se vienen planteando soluciones para controlar los problemas que se originan debido a ello.

Pero, ¿se está notando un turismo intensivo en nuestro municipio? Aunque lo que para algunos es un quebradero de cabeza, para otros debe servir para lograr un motor de ingresos sin destrozar el destino turístico. «Evidentemente, lo que se va buscando en Cáceres es un turismo sostenible, dado que es una ciudad que cuentan con servicios para unos 100.000 habitantes y un turismo numeroso sería perjudicial para el municipio, el mantenimiento y la conservación del patrimonio histórico», explicó Raúl Rodríguez, edil de Turismo y Comercio.

No obstante, Rodríguez señaló que «este año pasaremos la cifra de 800.000 turistas anuales», si bien «este número no será intrusivo en el sector, ni para los ciudadanos ni para la localidad, con el objetivo de buscar un turismo de calidad».

De momento, Cáceres no corre el mismo riesgo que Barcelona o Ibiza. Aún con el aliciente de que la capital cacereña espera arrasar este año turísticamente aprovechando el tirón de ‘Juego de tronos’, lo cierto es que los visitantes que llegan a la ciudad suelen hacerlo con un viaje ya programado y apenas realizan una parada antes de proseguir su camino hacia el norte o el sur del país. Así, Cáceres es una ciudad de paso y eso repercute en el consumo.

Pese a todo, la mayoría de los visitantes se muestran sorprendidos por encontrar un rico patrimonio que no esperaban y elogian su conservación. Luis García, turista llegado de Huelva, destacó que «la limpieza, los precios y la gastronomía son la leche». Sin embargo, también los hay que sacan punta a la oferta cacereña. Sandra Jiménez, ciudadana de Murcia, consideró que existen «facturas excesivas en algunos bares, demasiados palacios cerrados y el fuerte calor del verano hace mella».

Otros aspectos bien valorados por los viajeros deberían en cambio hacer reflexionar a los cacereños: falta de negocios turístico en la parte antigua, un conjunto fácil de ver solo en un par de horas y pocos visitantes «en una ciudad desconocida».