En muchas ciudades funcionan equipos multidisciplinares que estudian posibles yacimientos, se anticipan a cualquier obra, reconocen el terreno, investigan los restos y hasta realizan una labor de difusión para darlos a conocer. Cáceres se fundó hace más de 2.000 años, ha sido cuna de diversas culturas y está considerada Patrimonio de la Humanidad, pero solo tiene un arqueólogo vinculado al ARI (Area de Rehabilitación Integral) que realiza un seguimiento de las obras para evitar daños a posibles vestigios escondidos en el subsuelo del casco histórico, pero ni hay equipo, ni proyectos previos, ni partidas económicas para este fin.

EL PERIODICO ha reunido a varios expertos que coinciden en sus afirmaciones: puesto que no se cuenta con investigadores que trabajen continuamente sobre el terreno, los restos solo aparecen a raíz de las obras en palacios, casas o calles, y por tanto deben estudiarse con rapidez, sin presupuesto previo, sobre una área limitada. En definitiva, los hallazgos más importantes de los últimos años --parte de la ciudad romana en el Mayoralgo y un aljibe en Mira al Río-- se deben a las reformas realizadas para otros fines en ambas zonas.

A remolque de las obras

¿Pero cuánto habrá oculto? ¿Qué saldría a la luz con unas intervenciones programadas? "Prácticamente la historia antigua está por hacer, seguimos repitiendo la misma historia de Cáceres que hace tres siglos porque siempre vamos a los archivos, no hay muchas más investigaciones", lamenta Enrique Cerrillo Martín de Cáceres, catedrático de arqueología de la Uex. José Antonio Estévez, arqueólogo del ARI, comparte esta reflexión: "La arqueología urbana en la ciudad va a remolque de las obras, un 90% de las investigaciones surgen así y están condicionadas, porque tienen menos tiempo, menos espacio.... Queda todo por hacer: una labor planificada, estudiar los medios disponibles, los recursos, los posibles objetivos...".

El Museo de Cáceres pretende aportar su grano de arena para paliar este déficit, y hoy y mañana acoge las jornadas Arqueología Urbana en Cáceres , promovidas por la asociación de amigos del museo Adaegina. "Por primera vez se darán a conocer las actas de los vestigios hallados en el Mayoralgo y Mira al Río, y los avances en otras intervenciones más planificadas en la periferia, como Maltravieso y el proyecto Alba-Plata", explica Juan Valadés, antropólogo y director del museo.

¿Pero a quién corresponde crear un equipo de expertos? A todos y a ninguno, de ahí el problema. En otras ciudades están financiados por el ayuntamiento, la diputación o el gobierno regional, en Cáceres nadie da el paso, y es una lástima, "porque la mayoría de la historia está sin descubrir, el yacimiento es todo el casco antiguo, hay mucho por hacer", afirma Estévez.

En realidad "existe un miedo generalizado hacia el subsuelo, a hurgar debajo, pero en Mérida, por ejemplo, crearon un equipo y eso se nota. Además, cada ciudad se identifica con una época que se vende más al turismo, en el caso de Cáceres con la última etapa medieval y la edad moderna. Parece, por tanto, que lo importante es conservar ese patrimonio distintivo, que lo demás no importa", lamenta Cerrillo.

Y pese a ello, el auténtico paisaje urbanístico del Cáceres Medieval también se desconoce. "El viario era muy distinto: estaba formado por numerosas callejuelas, muchas documentadas, de un metro o poco más. En el Mayoralgo han aparecido algunas", explica Cerrillo. Un laberinto y 2.000 años de historia bajo tierra.