Cáceres tuvo el privilegio de ver la primera proyección en 1896, solo meses después de la invención del cinematógrafo. Desde entonces, los teatros de la época, el Variedades y el Principal, acogieron sesiones que también se ofrecían en las populares barracas, unas veces de forma temporal y otras más permanente, hasta que se empezaron a construir los edificios destinados al cine, según explica Fernando Jiménez Berrocal, responsable del Archivo Histórico Municipal. El primero fue el Gran Teatro, en los años 20, que desde su apertura ya compaginó en su sala principal tanto las obras dramáticas como la proyección de películas.

Posteriormente, durante los años de la República, se inauguró el primer recinto dedicado exclusivamente al séptimo arte. Fue el cine Norba, obra del arquitecto Ángel Pérez Rodríguez, «un edificio que responde al estilo decó centroeuropeo y cuya fachada estaba pintada en un bonito azul patinado», recuerda Angélica García-Manso, de la Universidad de Extremadura, en su estudio sobre ‘La Edad de Oro del Cine en Cáceres’. Durante los años 40 se construyó el Capitol, diseñado por Luis Martínez Feduchi, el mismo arquitecto responsable del Cine Capitol de la Gran Vía de Madrid.

Y aunque el Gran Teatro, Norba y Capitol funcionaron al mismo tiempo, los cacereños se aficionaron más y más al celuloide hasta tal punto que las tres salas se quedaron pequeñas. Los historiadores hablan de las décadas de los 50 y 60 como la época dorada del cine en Cáceres. Por ello, en 1962 se inauguró el cine Coliseum proyectado por el Obispado y diseñado por el arquitecto cacereño Fernando Hurtado. Y en 1963, solo un año después, se abrió el cine Astoria en San Pedro de Alcántara, obra del arquitecto local Vicente Candela que finalizó Martínez Feduchi tras la muerte del primero, según explica Angélica García-Manso en su estudio.

El Norba subsistió hasta 1964 y fue derribado tres años después de su cierre. Pero Cáceres seguía amando el cine... hasta que se generalizó la televisión y apareció el vídeo. Las salas fueron poco a poco decayendo. A mediados de los años 80 se clausuró el Astoria y en 2005 el Coliseum. Capitol se convirtió en centro cultural de Caja Duero, que siguió ofreciendo filmes, pero actualmente lleva más de un año cerrado. Sólo permanece el Gran Teatro, que hace décadas que no proyecta cine. Cáceres pasó de tener cinco salas a prácticamente ninguna hasta la llegada del nuevo formato de los multicines en los años 90.