Cáceres sacó brillo anoche a la cultura pop con la entrega en el Gran Teatro de los premios Pop-Eye, otorgados por la asociación cultural Bon Vivant, organizadora del Festival Cáceres Pop-Art, que cerró su séptima edición con el reconocimiento a un amplio listado de creadores entre los que figuraron la fotógrafa madrileña Ouka Leele, la cantante Christina Rosenvinge, el pintor Antonio de Felipe o el grupo Aviador Dro.

Fue el colofón a una semana intensa de programación de este certamen que ha apostado por rendir tributo cada año a artistas en distintas disciplinas que van de la música a la literatura, del arte plástico al periodismo. Anoche desfilaron por el escenario casi una treintena de premios, con un homenaje especial a Micky, pionero de la música española en los 60 cuando formó un grupo con los Tonys.

Fue el momento culmen de una gala que, aunque superó las dos horas y media y no llenó la bombonera de San Antón, sirvió de nuevo para poner de manifiesto que Cáceres tiene un sitio en el mapa de los festivales pop. Al menos en esa dirección se expresaron el ilustrador extremeño Fermín Solís o el escritor y cantante leonés Alex Cooper. Para ellos fue su primer galardón después de años de trabajo.

Si por la mañana los premiados habían reclamado más protagonismo para la cultura en tiempos de crisis, por la noche hicieron una demostración de que puede ser posible, tras el buen nivel de los grupos que fueron alternándose durante la entrega de las estatuillas de hierro del extremeño César David.

A la nómina de premiados se unieron otros nombres como Muchachada Nui (televisión), Julián Elsie (grupo extremeño), The Teenagers (música negra), Alondra Bentley (folk) o Delorean (electrónica). El festival también recuperó del recuerdo al grupo cacereño Coup de Soup, de la movida de los 80 y cuyos integrantes subieron al escenario. Fue la noche del pop, la que Cáceres guarda cada año para hacer presente a sus creadores.