Cacereño: Dícese del habitante de cierta ciudad donde todo el mundo es experto en buscar la manera de ser feliz. Y efectivamente, así es Cáceres, una capital sin demasiada industria, sin demasiada modernidad, sin buenas comunicaciones... Pero donde los ciudadanos se lo montan bien.

Unos suben a la Montaña, otros recorren la ronda norte, éste juega a pádel, aquélla practica la natación, los de más allá se apuntan a una cofradía, a una asociación de cazadores, a una pandilla de amantes de la barbacoa...

En la ciudad feliz sobran los motivos para entretenerse y olvidar que la vida sólo es bella a ratos. Es normal, entonces, que sea en Cáceres donde triunfe un gimnasio donde se ofrecen gratuitamente masajes y reposos sobre una cama benefactora cuyos efectos reparadores alcanzan a reconfortar cualquier dolencia, achaque o malestar.

Un caballero encantador

En la castiza calle de Badajoz, la sala terapéutica del maestro coreano Kim se ha convertido en la fuente de la felicidad para cientos de cacereños. El maestro Kim es un caballero encantador que juega muy bien al golf y ha asimilado las costumbres de la ciudad feliz . Además de presidir la Federación Extremeña de Taekwondo, Kim ha traído a Cáceres una terapia oriental que hace furor.

Jóvenes, mayores y maduros acuden al maestro en busca de la felicidad corporal y el bienestar espiritual que procuran la acupresión, la moxibustión, la quiropraxia, los infrarrojos lejanos, la luz de helio y, sobre todo, el jade: un rodillo que recorre la curvatura vertebral acabando con el estrés y sus desórdenes inauditos.

Leyendo el folleto del maestro Kim, uno comprende que su gimnasio se haya convertido en una especie de santuario al que acuden miles de cacereños en busca de armonía. Cuentan que cada mañana llegan a la ciudad feliz en autobús decenas de vecinos de los pueblos de la provincia en busca de los beneficios terapéuticos que Kim, su gentil esposa Sin y su equipo de sanadores les procuran.

Todos llevan dos sábanas y visten ropa fina para acomodarse en la cama de jade. Las sesiones comienzan a las nueve de la mañana y acaban hacia las ocho de la noche, sin parar ni siquiera para comer. Así, entre 400 y 500 personas alcanzan cada día la dicha terapéutica sin la cual es imposible empadronarse de verdad en la ciudad feliz .

Es normal, entonces, que Kim se haya convertido en el maestro número uno de España en su especialidad: orientar a sus pacientes hacia la felicidad a través de su terapia. En ningún sitio como en Cáceres, el rodillo interno de jade masajea con tanta intensidad y tantas veces al día. Y en ningún lugar como en la ciudad feliz se venden tantas camas terapéuticas (entre 30 y 40 al mes) al precio de 2.400 euros.