TEtste artículo podría haberse titulado 'Mal bebidos y mal meados' , pero me pareció demasiado sensacionalista, más propio de una noticia que informe de los desmanes e indecoros provocados por un botellón desmadrado, que de lo que puede suceder durante un pacífico evento deportivo en el Multiusos de Cáceres.

El Cáceres de baloncesto aún conserva una afición bastante numerosa para la categoría en la que compite (LEB Plata, tercera división del baloncesto español). Todavía alrededor de ochocientas personas acudimos al pabellón Multiusos a ver jugar al Cáceres. De estos espectadores también somos muchos a los que gusta tomar una cerveza o un refresco en el bar del pabellón. Pues bien, este año alguien ha decidido aplicar la ley seca, porque el bar no ha sido abierto durante ninguno de los cuatro partidos que el Cáceres ha jugado en su pista. El caso es que disposición por parte de hosteleros de la ciudad hay, pero el Gobierno de Extremadura ha concedido este servicio a una empresa que no tiene demasiada prisa en abrir la susodicha barra. Quizá por ello la autoridad competente ha decidido clausurar varios aseos del Multiusos. Deben pensar que si no bebemos, tampoco meamos, así que para qué tener todos los aseos abiertos.

Perece ser que el Cáceres tiene dos competiciones abiertas este año: contra los equipos y contra los elementos. El primer elemento contra el que compitió, y perdió, fue el económico, al serle reducida la ayuda de las instituciones a la mitad (quien suscribe comprende que no puede haber café para todos, aunque algunos dirigentes políticos destinen el dinero a su arbitraria conveniencia y no a verdaderas necesidades). A éste se ha sumado el cierre del bar y de algunos aseos. Y por último, otra carencia que puede poner en jaque al responsable de la seguridad del pabellón: al término del partido no encienden los focos que iluminan los muchos escalones que conducen a la calle, así que se bajan a oscuras. El próximo partido que cada uno se lleve de casa su bebida, su orinal y su linterna.