La buganvilla que con tanto mimo cuidaba su padre cada primavera ha sido cómplice de esta entrevista. El no engaña ni con la palabra ni con la mirada porque a Carlos Guardiola --sincero, generoso y tribal-- hay una estrella que le guía.

--Hace 11 años conocí en un cuentacuentos a un cubano llamado Leonardo Eiriz...

--Yo también le conocí, un auténtico genio, aunque lo pillé demasiado crío para apreciar realmente lo que era.

--En el cuentacuentos cada uno de los asistentes debíamos describir el día en que agarramos una estrella...

--Yo la agarré el 6 del 12 del 97.

--Yo la agarré el día en que nació mi primer hijo...

--Disfrutar cada momento te permite agarrar todas las estrellas que te dé la gana. Por eso estoy seguro de que a lo largo de nuestra vida agarraremos muchas más.

--Meses después volví a encontrarme con el cubano y también con usted en la Rodríguez Moñino...

--Fue cuando el grupo Cheira tuvo la suerte de encontrarse con el cubano. Nos marcó, plantó una semilla. Y una vez que se acabó el grupo tiramos adelante y vimos que nuestro motor era el teatro.

--Por eso me alegro de que usted siga luchando por mantener la estrella entre sus dedos...

--Y lucharé, lucharé y lucharé. Esa estrellita que no se apague. Como dice Extremoduro, que sea pequeña pero firme. Todos tenemos una estrellita, pero hay que buscarla, cultivarla y ser consciente de que está ahí. La estrellita de cada uno es lo que cada uno quiere que sea, pero todos la tenemos y todos la tenemos que buscar. Y en el momento que no la buscas la vida carece de sentido.

--¿Qué es el teatro?

--Es vida, corazón, tripas, verdad, sudor y esfuerzo. Es una ruina, pero no lo cambio por nada.

--El teatro es como el lenguaje...

--Sí, como el lenguaje cuando es usado de verdad.

--Es una bombonera llena de todos los instintos...

--Ahí, en las tablas, tiene que estar puesto todo: tus miedos, tu ira, tu cariño, tu amor... Y ese es el acto de generosidad del actor. El teatro te lanza sin red. El teatro te tiene que dar miedo porque en él eres completamente vulnerable. Y no es ya que se te olvide el papel, que eso es una chorrada, sino que si estás jugando a estar jodido tienes que estar jodido en ese momento. Y eso es lo bonito de ser actor, que estás en pelotas completamente.

--El teatro es una forma de cultivar lo absurdo y lo surrealista...

--Tendría que ser así. Nadie escribiría hoy Edipo o Divinas palabras . La gente va al teatro a que la entretengan y eso es un asco. Van a ver Mamma Mía o Quisiera ser del Dúo Dinámico, y salen muy contentos, pero es como si les das una hamburguesa. Prefiero un cocido a una hamburguesa, aunque te empaches. En el teatro o en cualquier arte prefiero pasarme a no llegar.

--El teatro es un forma de encontrarse consigo mismo...

--¿Cómo no te vas a encontrar contigo mismo si juegas de verdad?

--Y usted se ha encontrado...

--Sí, pero seguimos buscando. Y creo que cada día me iré encontrando un poquito más.

--Pese a las armaduras que utiliza para que nadie manosee su yo...

--Es cierto. Pero se me nota enseguida que soy un sentimental. Vamos, que la armadura se está oxidando a pasos agigantados, me ha salido más mala que la hostia (risas).

--Usted dice que no es profundo, yo sin embargo opino lo contrario...

--Cuando leí estas entrevistas tan personales pensé que no encajaría bien, pero mire, ahora estoy muy a gusto.

--Quiero decir, ser profundo es una actitud, no es solo unir palabras para construir frases bonitas...

--Valoro a la gente que mantiene una actitud ante la vida, no sé, esos viejos valores de ser un tío de palabra. Prefiero un tío que hable poco y me dé un abrazo a un tío que me esté regando la oreja durante 20 minutos diciéndome lo guay que soy.

--Ser profundo es también la forma de mirar, el modo de abrazar, la autenticidad...

--Sí, porque la palabra te puede engañar, la mirada no. Cada vez se usa más la palabrería. Nuestros abuelos hablaban menos, pero cojones, lo que decían eran sentencias.

--Ser profundo es ser fiel...

--Ahora parece que la fidelidad no esté de moda, pues a mí me gusta ser fiel a mi familia, a mis amigos, a mi pareja, a Cáceres. En este mundo tan loco de Madrid, de los castings, de repente está bien tener estos bocaitos de realidad que a mí me vienen muy bien, si no sería un desgraciado.

--Usted pasó por la escuela de Cristina Rota. Eso le hizo madurar...

--Sí. Influyeron muchas cosas, irse a Madrid, la muerte de mi padre, la escuela... tienes que madurar todos los días un poquito, no para llegar a nada sino como experiencia vital.

--Y todo esto con el apoyo de Blanca y Miguelón...

--Blanca y Miguelón son pilares de mi vida. En eso soy tribal. Mi madre es la mujer más valiente que yo he conocido en mi vida, una auténtica luchadora, inteligente y fuerte, fuerte. La ves pequeñita pero es una encina, me da su sombra, su fuerza, su cobijo. Y Miguelón es mi hermano, pero en el concepto más puro de hermano. Es sangre de mi sangre.

--Sin olvidar la buganvilla...

--Don José Carlos Guardiola Martil, que es mi padre. ¿Cómo me voy a olvidar? Todos los días está presente, y me da fuerza.

--Yo tampoco me olvido de él, me ayudó en un momento jodido...

--Mi padre ha sido muchas cosas, todas buenas. Y me alegro de que le ayudase en algún momento, porque él vivía mucho por eso, por las personas. Era bondad, inteligencia y sabiduría. Tengo la desgracia que no esté físicamente pero me queda todo: sus palabras, su aprendizaje, sus gestos, su barba pelirroja...

--El me enseñó que a cierta edad uno se da cuenta de la prevalencia de lo emocional frente a lo material...

--Lo material se acaba pudriendo, pero los sentimientos hacen que estés de pie, que mires, que hables, que ríes, que llores...

--Me enseñó que la distancia no merma el cariño...

--Incluso a veces lo acrecienta.

--Por eso, a pesar de la distancia, mi cariño por él no ha mermado, todo lo contrario, me sigue acompañando en el camino...

--Le acompaña a usted y a todos los que le quisimos. Gracias.

--¿Qué es la capitalidad?

--Una milonga, una vendida de humo. Cáceres, sí, es muy bonito, pero no tiene una tienda de discos, no hay una sala de teatro...

--¿Me dedica una obra?

--No sé qué de una trompeta , de Teatro en Obras, porque va a reír, a pensar y a lo mejor se va a ofender, pero no quedará indiferente.