La policía local ha tenido que acudir cuatro veces desde abril a la Unidad de Psiquiatría del hospital Nuestra Señora de la Montaña para ayudar a su personal a controlar a algunos de sus pacientes en actitud agresiva. Este dato puede dar idea de la violencia de algunas de las situaciones con las que tienen que lidiar los trabajadores de la unidad mental o de urgencias, por la que suelen ingresan normalmente estos enfermos.

El colectivo de celadores del centro hospitalario, en un escrito firmado por 38 miembros y remitido a la gerencia sanitaria de Cáceres, ha denunciado esta situación por considerar que supone un alto riesgo para su integridad física y que debe ser una tarea que asuma la seguridad privada del hospital. "Se han producido al menos cinco agresiones a compañeros en lo que va de año. A una la cogieron del cuello y trataron de estrangularla", explicó Francisco Calvo, uno de los firmantes del documento.

Los celadores rechazan asistir a estos pacientes violentos o reducirlos porque consideran que no entra dentro de sus funciones laborales. Han puesto el caso en manos de abogados sindicales y, pese que alguno les ha indicado que este cometido sí forma parte de sus competencias, están dispuestos a acudir a los tribunales.

Califican la situación de "anómala" y exigen medidas de seguridad, personal cualificado y, en el caso de que sea función suya, protección legal para cubrir eventuales denuncias de familiares por daños que puedan sufrir enfermos en un forcejeo.

"SIN ARGUMENTO LEGAL" El director médico del Complejo Hospitalario de Cáceres al que pertenece esta unidad, Juan Carlos Escudero, rechazó ayer los argumentos esgrimidos por el colectivo de celadores y aseguró que esta asistencia entra dentro sus competencias. "Es como si un cirujano se negara a operar a un enfermo de hepatitis --razonó Escudero--. Pueden darse situaciones de riesgo, pero cuando hay problemas de seguridad pública, por autolesiones o agresiones a terceros, se avisa a la policía".

A su juicio, "no existen argumentos legales para negarse a realizar esta labor" y aclaró, además, que la Administración "no debe consentir que terceros, como la seguridad privada, asuma una tarea con los pacientes, sino que debe hacerlo el personal del propio hospital".

Este conflicto se arrastra desde "un año y medio o dos años", indicó Calvo, aunque en los últimos meses se ha agudizado y no sólo afecta supuestamente a celadores, aunque el director aseguró que no le constan denuncias. De hecho, a finales del 2004 una limpiadora de la unidad sufrió una agresión por un paciente, según relató a este diario una delegada del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE).

Desde este sindicato se confirmó la "desprotección" que sufre el personal y que siente "miedo" en algunos casos. El hospital cuenta con dos guardias de seguridad por las noches y sólo un ce-lador, la unidad de Psiquiatría.