Las 38 familias que conforman Divertea (Asociación para personas con Transtorno de Espectro Autista, TEA) quieren tener más motivos para sonreír. Por ello, su presidenta, Rosa Simón Pérez, ha impulsado el cambio del antiguo local del colectivo en Los Castellanos, de apenas 60 metros cuadrados, por uno en La Mejostilla que alcanza los 200. Pérez sueña, además, con montar una sala de Integridad Sensorial. «Sería la segunda de Extremadura y la quinta de España», afirma.

Pero las reformas son caras. Pérez cifra en 15.000 euros la del nuevo local y en 6.000 la de la sala. «Todo sin ningún tipo de ayuda. Ni pública ni privada», relata. Y de ahí eventos como el de ayer. El Foro de los Balbos se llenó de chocolate, bizcochos y niños con el objetivo de recaudar fondos para esta iniciativa. Su impulsor: Javier Floriano, vocal de Juventud de la Real Cofradía de la Santísima Virgen de la Montaña. «Necesitan dinero. El precio por la comida, de dos euros, es simbólico. Es una gran fiesta para los niños donde hemos preparado unos 120 litros de chocolates y hay bizcochos como para 600 personas. La gente está respondiendo», valoraba ayer en declaraciones a este periódico.

Los pequeños pudieron disfrutar de castillos hinchables, los no tan pequeños de un concierto de Los Niños de los Ojos Rojos... «La Cofradía quiere darle un impulso a esta vocalía y esto es lo primer que organizamos», reconoce Floriano, que tan solo lleva un mes y medio en el cargo. Rosa Simón Pérez lo agradece. «La iniciativa ha sido posible gracias a ellos. También a los voluntarios. Ahora mismo hay unos 25 trabajando», celebra. Igualmente, parte del mérito corresponde a la Asociación Amas de Casa, que cedió los bizcochos a la causa.

Actualmente, Divertea atiende a 27 niños con TEA, entre los que se encuentra Hugo, el hijo de Rosa Simón. Poca gente puede, por tanto, hablar con más autoridad que ella sobre las necesidades de estos pequeños. «Son aprendices visuales. Sobre todo, lo que necesitan son herramientas como una pizarra electrónica, que cuesta alrededor de 1.500 euros, tablets o la sola interacción sensorial. Con ella evolucionan mucho», afirma. Y promete más mercadillos, meriendas o rifas para el futuro.