Después de la última ampliación realizada a finales de 2015, el total de kilómetros de carril bici en la capital cacereña ronda los 40 kilómetros. Sin embargo, este no satisface completamente a sus usuarios. Poca conciencia de la ciudadanía; un carril no homologado en su totalidad --estrecho en algunos tramos--; además de una señalización inútil en las rotondas suponen los principales problemas para los ciclistas cacereños. «Un carril bici no es pintar una raya y el dibujo de un ciclista en el suelo», asegura Pedro Rueda, del club de ciclismo Rueda, para quien la infraestructura actual deja bastante que desear. «Si quieres ir de San Francisco hasta la Universidad te encuentras con un carril que en algunos tramos no llega ni a los 50 centímetros de ancho», descubre. El mínimo de anchura para los carriles bicis homologados es de 0,75 centímetros, según se puede consultar en el manual del carril bici de la DGT.

Así, también el problema a la hora de circular por las glorietas se erige complicado de solucionar. «En las rotondas, el código vial dice que el ciclista tiene preferencia ante cualquier vehículo, con lo cual no pueden poner un stop o un ceda al paso como hay actualmente», indica Rueda. Una solución sería «señalizar la circunferencia entera, sin ceda el paso, para que tenga preferencia el ciclista y no tenga que ceder el paso a ningún coche a la salida o la entrada de la rotonda», añade.

En ese sentido, los principales puntos negros, según Rueda, son precisamente las rotondas. «La de la estación de trenes y las dos junto al centro comercial Carrefour», sostiene. Por las glorietas, son muchos ciclistas los que denuncian que los vehículos no respetan la distancia de seguridad a la hora de circular ni la distancia lateral a la hora de adelantar. «A un ciclista lo tienen que adelantar con un metro y medio de separación lateral y no se cumple», desvela Rueda, que coincide en este aspecto con José Pedro Vecino, del club Bicicletas Cáceres. «Si vas con un grupo amplio los coches sí tienen más precaución, porque se nos considera un vehículo entero, pero si no te pasan por al lado; a veces a escasos centímetros», comenta Vecino.

Además de los dos inconvenientes expuestos, el de la falta de concienciación de la ciudadanía agrava el problema en el uso del carril bici, que además tampoco es continuo en todos sus tramos. «La gente los sigue usando para caminar, correr, pasear al perro...», denuncia Rueda. Por ello, para Vecino, mejorar la infraestructura en zonas interurbanas «sería complicado», ya que se trata de calles antiguas con una orografía no tan llana como la que se puede encontrar en otras ciudades como Badajoz, Sevilla o Valladolid. El principal carril bici que tiene la capital cacereña recorre toda la ronda norte y se amplió en 2011 con financiación del plan de empleo.