Por si alguien dudaba del poder de El Corte Inglés aquí tiene una muestra. Impone el desarrollo de una ciudad, pues según la alcaldesa solo desea instalarse en las Carmelitas. De manera que el modelo de ciudad en la que viviremos los cacereños no lo diseñan el ayuntamiento ni la junta. Lo diseña el Corte Inglés. A lo mejor no llegamos a ser capital de la cultura pero existen muchas posibilidades de que seamos la capital que quiere el almacén. Puede acabar con un gobierno municipal y sentenciar el futuro político de algunos. De su poder para captar voluntades no es necesario hablar. Ya hablan ellos mismos. Ha logrado ser el centro de la discusión de los problemas del plan, cuando mucho más pernicioso puede resultar que el ayuntamiento deba pagar con terrenos las expropiaciones de la Sierrilla y la Montaña, pues ello significaría que se quedaría sin solares para intervenir en el mercado de la vivienda, no poder hacer casas sociales y dejar la cuestión en manos privadas. Si es que todo está muy bien pensado.

De la tramitación de este nuevo plan de urbanismo se puede esperar cualquier cosa. Incluso que sea necesario un pacto entre PSOE y PP, porque las posturas de los socios de gobierno dejan bastante que desear.