Dirá adiós esta noche. Al término de la jornada de hoy la peluquería Barra, negocio del ya jubilado Joaquín Serrano Barra, de 74 años, cerrará sus puertas tras casi un siglo afeitando y cortando el cabello a los cacereños. "El local es alquilado y no es que quiera cerrar es que me obligan", cuenta resignado Serrano. Esta obligación responde a la entrada en vigor de la última ley de arrendamientos urbanos, que a partir del 1 de enero de 2015 dejará de 'congelar' las rentas antiguas (anteriores al 9 de mayo de 1985) para que los alquileres se conviertan en un simple tira y afloja entre arrendador y arrendatario.

Inaugurada el 17 de noviembre de 1916 por su abuelo Benito, esta barbería inicial es sin duda la peluquería más antigua de la capital cacereña y entre sus paredes se han sentado personalidades muy dispares. "El negocio lo levantó mi abuelo y siempre ha estado en manos de la familia. Me da mucha pena dejarlo".

Serrano no quería cerrar pero no le queda otra opción. Y no será porque no lo ha intentado. "He estado con mi hijo en Madrid hablando con el dueño para comprarle el local, pero se negó", desvela. Jubilado en 2005, desarrolló su trabajo como autónomo, gracias a lo cual pudo continuar con su negocio en el que metió a tres empleados tras su retirada. Sin embargo, "se han ido jubilando y solo me queda uno que encima, según me ha informado mi abogado, lo tengo que indemnizar", apunta.

El alquiler de Serrano ha sido revisado, al menos, hasta en tres ocasiones, "la última vez hace cinco o seis años" y, aunque ha intentado salvar su tradicional negocio se ha visto atado de pies y manos. "No hay nada que hacer, mi abogado me ha dicho que solo me queda entregar la llave el día que me corresponde", revela. Incluso en un momento de desesperación intentó que lo heredaran miembros de su familia. "No cabe ninguna duda de que hubiera seguido pero a mis hijos no podía dejárselo porque todos tienen sus correspondientes trabajos y no los van a dejar para colocarse de barbero. Intenté que se lo quedaran mis nietos pero son muy pequeños aún y no había más opciones".

En definitiva, el 31 de diciembre expira el plazo que la ley concedió en 1994 a los alquileres de rentas anteriores a 1985, con lo que no sería extraño que al cierre de la peluquería Barra le sucedieran otros negocios históricos. La ley coloca el poder en manos de los propietarios de los inmuebles, que decidirán su arrendatario mediante el sistema del mejor postor.