El ayuntamiento endurecerá con multas y mayor vigilancia policial el acceso y el aparcamiento de vehículos en la ciudad monumental. El consistorio y los vecinos coinciden, al cumplirse dos años de la puesta en marcha del sistema de restricción con pivotes, que éste no ha cumplido el objetivo de reducir de forma considerable el número de conductores que circulan por el recinto intramuros.

El concejal de Tráfico, Santos Parra, se mostró partidario de aplicar "con más rigor" la restricción y disuadir con sanciones a los vehículos que aparquen en de la parte antigua y que carezcan de la tarjeta que permite el acceso. Parra, que no pudo precisar la cifra actual de permisos asignados, aseguró que su objetivo es que al recinto sólo puedan entrar los coches de los residentes, las emergencias y los vehículos de carga y descarga en el horario asignado para ello, que es ahora de 7 a 12 de la mañana.

A pesar de este anuncio, el edil hizo una valoración positiva del funcionamiento de la restricción porque ha logrado avanzar en la peatonalización de la zona. "Se hizo con esta idea", recordó Parra que hizo hincapié en los casos de la "picaresca" detectados en algunos conductores para colarse. "Hay demasiados coches porque a veces somos permisivos y otras porque usan tarjetas que no son propias", subrayó. Parra dijo que tiene información de que hay taxistas que cruzan la parte antigua para llegar antes a su destino.

Sobre el acceso de trabajadores a la parte antigua, el edil fue rotundo al afirmar que deben usar el párking y puso a Salamanca y Oviedo como ejemplos donde esta medida se ha implantado con éxito. Subrayó que en un recuento realizado hace pocos días, había 110 vehículos aparcados en la ciudad monumental sin autorización.

MEDIDAS En cuanto a las medidas para restringir el acceso, el edil indicó que hay que "filtrar más las entradas y salidas para que entren los vehículos que sean necesarios y nada más". Parra fue claro al asegurar que la grúa actuará con todos los vehículos aparcados que carezcan de tarjeta. "Hay que preservar la zona de todo lo que pueda incidir en su deterioro".

Por su parte, Luis García, presidente de la asociación de vecinos Ciudad Monumental, dijo que no se ha logrado el objetivo porque no ha descendido el tráfico, sobre todo en días laborables, y en menor medida los fines de semana por las entradas al parador, por bodas y restaurantes.

El dirigente vecinal indicó que "siguen entrando muchos coches que no deberían entrar" e hizo hincapié en los conductores sin autorización que también aparcan. "No se ha aplicado el sistema con la suficiente energía. Hay muchas excepciones que no están recogidas en el acuerdo al que se llegó entre vecinos y ayuntamiento. La prueba es que hay alrededor de 600 tarjetas", explicó.

En este sentido, García recordó que el criterio para distribuirlas hace dos años era de una por vecino, por negocio y dos para las instituciones con sede en el recinto intramuros, y que luego se amplió al colectivo de taxistas. Denunció que estos trabajadores utilizan el permiso "para cruzar la parte antigua, lleven o no lleven clientes", cuando estaba estipulado sólo para la subida o bajada de viajeros.

El portavoz vecinal también citó que se hacen "excepciones" con los coches del parador que, dijo, "deberían entrar y salir", al igual que el acceso de trabajadores de la parte antigua que carecen de tarjeta y entran llamando al telefonillo que comunica con la policía local. Citó el caso de los del Museo de Cáceres.

CUMPLIR LA LEY García apoyó las medidas propuestas por el ayuntamiento para controlar el acceso de vehículos para que pueden entrar sólo los residentes, carga y descarga y emergencias, con aparcamientos en zonas determinadas. "Si se hace así no harán falta ni tarjetas ni pivotes", subrayó. El portavoz vecinal puso como ejemplos a Barcelona y León, donde la medida ha surtido efecto. "La idea es que haya o no haya pivotes, la zona intramuros es una zona que hay que respetar y que el coche no tiene que entrar a no ser por una emergencia", dijo.

En cuanto al planteamiento de multar a los vehículos aparcados sin tarjeta, García se mostró favorable y propuso que se asigne un permiso para que los residentes puedan aparcar en zonas determinadas que no dificulten el paso de los peatones. La asociación hará llegar al ayuntamiento los enclaves idóneos ante la paralización de los proyectos de nuevos párkings en el entorno de la parte antigua.

El presidente vecinal matizó que el endurecimiento de las medidas tiene "un coste político" para el ayuntamiento y consideró excesivo el número de tarjetas repartidas. En cuanto al funcionamiento del sistema, subrayó que el único "punto negro" es el acceso por Santa Clara, que ha sido necesario arreglar en numerosas ocasiones.