El cura de Arroyomolinos de Montánchez acusado de exhibicionismo y abusos a un menor niega los hechos y se declara inocente. Fue juzgado ayer en el Penal 2 de Cáceres en un juicio que se celebró a puerta cerrada para proteger a la víctima, que en el momento de los hechos era menor de edad. Durante la vista, que duró más de dos horas y media, el sacerdote, Juan Carlos M. T., negó todos los hechos que se le imputan, como ya hizo cuando prestó declaración en el juzgado tras ser detenido en abril del pasado año.

El Ministerio Público le acusa de los delitos de exhibicionismo y abuso sexual a un menor y pide para él la pena de tres años de prisión (uno por el primer delito y dos años por el segundo). Además solicita que sea inhabilitado para cualquier profesión u oficio que implique el trato con personas menores de edad. Ayer mantuvo su petición de condena.

Tal y como adelantó este diario fue detenido en la vivienda parroquial en la que residía en la localidad cacereña de Arroyomolinos de Montánchez, el 8 de abril del año pasado. Cuando acudieron los agentes con la orden de arresto, él se encontraba en el interior de la casa parroquial, aunque no quiso abrir a la policía.

Los agentes necesitaron la ayuda de un matrimonio del pueblo que tenía las llaves de la vivienda para poder acceder y detener al párroco. La policía judicial registró la casa parroquial y después su domicilio en la capital cacereña, donde residía de manera habitual. De hecho antes de ejercer en Arroyomolinos fue vicario de pastoral de la parroquia San Pedro de Alcántara de la capital cacereña y daba misas en el tanatorio. Después fue el párroco de la residencia geriátrica Ciudad Jardín. En ninguno de estos lugares tuvo un trato directo con niños.

Ayer accedió y salió de los juzgados por la puerta trasera para evitar que fuera visto por los medios de comunicación que se encontraban en el palacio de justicia. «Mantenemos la inocencia porque es inocente. No hay delito ninguno porque no ha ocurrido nada», señaló su abogado defensor, José Piñero, tanto al entrar como al salir de la sala.

PRUEBAS PRACTICADAS / La vista duró más de dos horas y media a pesar de que en el interrogatorio solo participaron el sacerdote y el menor, que declaró por videoconferencia para evitar encontrarse con el presunto autor de los hechos en la vista. Lo que retrasó el juicio fue la práctica de las pruebas necesarias que deberán ser evaluadas ahora por el juez titular del Penal 2. La duración de este juicio retrasó el resto de las vistas pendientes.

El sacerdote, según señaló su abogado, se encuentra «nervioso y preocupado» porque todo esto puede conllevar su expulsión de la Diócesis de Coria-Cáceres. De hecho el obispado mostró su consternación por lo ocurrido cuando el cura fue detenido y optó por apartarle de la actividad religiosa hasta que fuera juzgado y sentenciado como, medida cautelar.

Se encuentra en libertad sin fianza con la obligación de comparecer en los juzgados los días 1 y 15 de cada mes hasta la celebración del juicio. Además en su momento el juez decretó una orden de alejamiento sobre dos personas, una de ellas el menor.