"Pensé que el sonido de los grillos era un CD. La instalación a mí no me gustó porque me gustan los animales, aunque el artista es libre para crear. El mensaje que transmite es acertado, aunque me provoca rechazo la utilización de los animales. El artista lo hace porque cree en un tipo de arte. La decisión de retirarla o no la debe tomar el autor y no el espacio artístico. Quiero destacar que las iniciativas que se realizan en Habana parten de jóvenes con inquietudes y ganas de crear cultura en Cáceres. El revuelo que se ha montado me parece exagerado. Habana es mucho más que unos grillos y el resto de obras que se exponen son muy interesantes".