La mediana superficie de bricolaje AKI ha generado tal expectación en Cáceres que desde su apertura al público el pasado miércoles se ha producido una afluencia de vehículos y ciudadanos pocas veces vista en la ciudad. El portavoz del equipo municipal de Gobierno, Rafael Mateos, se refirió precisamente ayer a estas cuestiones y especialmente al peligro que supone que los peatones atraviesen la variante andando para acceder al centro, al temor a que suceda algún accidente y al elevado número de vehículos que se concentran tanto en el aparcamiento como en una explanada cercana.

Ya el jueves hubo un incidente cuando precisamente en ese descampado un vehículo cayó a un badén y tuvo que sacarlo la grúa, según confirmaron a este periódico fuentes de la policía local. Las mismas fuentes definieron como "bárbaro" el galimatías que se produjo. "Se llenaba el estacionamiento y aunque desde AKI había personal regulando la entrada, fue necesaria la presencia constante de agentes locales". A ello se añadió que la gente "va del Perú y Cabezarrubia cruzando por medio de la variante, en una vía por la que los conductores van dándole fuerte al coche". El centro comercial se encuentra aislado, lindando por un lado con la vía del tren y por otro con la variante, con lo cual los accesos son complicados, lo son para los coches y también para los peatones, porque "hay peatones que ni se van al puente del Vivero ni al de la estación de Renfe para cruzar y lo que hacen es cruzar la carretera", lo cual, evidentemente, es una temeridad.

El portavoz municipal indicó que el aparcamiento del AKI tiene 136 plazas, que en estos días se llena y la gente se atasca. Mateos pidió que el centro coloque una valla avisando que el párking está completo, si es el caso, y solicitó a los cacereños "que no aparquen ni en el carril bici ni en el arcén de la variante", como está sucediendo. El ayuntamiento no descarta una actuación futura de adecuar con acerados la variante.