No hacía falta preguntar a un cacereño de los años 20 quien era Jacinto Pola porque todos le conocían. El comenzó con su orquesta a tocar en los primeros cines mudos que se exhibieron en la ciudad o a amenizar las tertulias del viejo café de Santa Catalina. Bajo su dirección, la célebre Orquesta Pola triunfó en el año 1926 durante la memorable inauguración del Gran Teatro de Cáceres.

La imagen de las mejores batutas de la primera mitad del siglo XX es sólo una de las más de 1.200 instantáneas que se incluyen en la denominada Biblioteca, Archivo y Curiosidades de Juan Ramón Marchena Pérez (Cáceres, 1918-2001). El material que lo compone supone un auténtico rastreo por la historia del Cáceres de los últimos 100 años.

La semana pasada el archivo de Marchena volvió a saltar a las páginas de la actualidad cuando el PSOE instó al ayuntamiento a que iniciara los trámites para su adquisición. El alcalde indicó que ya existían conversaciones con la viuda y que se contemplaba la posibilidad de que este material, único por su valor histórico, pasara a la institución de forma definitiva.

EL PERIODICO EXTREMADURA, gracias a la generosidad de los herederos, muestra en este reportaje algunos de los documentos gráficos más destacados de este archivo, que continúa en el despacho de Juan Ramón Marchena y que ya ha sido ordenado y catalogado por Teresa Guzmán Pérez, sólo a la espera de saber si finalmente el acuerdo de compra fructifica.

Aunque el tesoro más preciado de Marchena era Luisina , su esposa, el que fuera jefe de protocolo de 13 alcaldes de la ciudad dejó tras su fallecimiento otras muchas reliquias: la construcción de las Casas Baratas, el cuartel Infanta Isabel, la presencia de las tropas africanas de Sidi-Ifni en Cáceres, la visita a la ciudad del rey Alfonso XIII...

El archivo tiene instantáneas inéditas de la guerra civil y del franquismo, así como de la época de la transición. Desde las visitas de Franco y Carmen Polo, curiosamente visionadas el pasado jueves en la serie de TVE Cuéntame , a la de los Reyes siendo príncipes, pasando por el periplo cacereño de Rainiero y Grace Kelly.

Las actuaciones de Mari Trini o Sara Montiel o los festivales hispanoamericanos engrosan lo que sin duda constituyó la razón de vivir de Marchena. Fotografías, libros y hasta el botiquín de campaña de un practicante de la Guerra de Cuba que podrían pasar muy pronto a formar parte de la herencia colectiva de la sociedad cacereña.