Buenos días Jésica. Creo que eres tan libre como el río Paraná y tan guapa como la Virgen del Rosario, que es tu patrona de San Nicolás, un lugar presioso de la provincia de Buenos Aires donde estudiaste Arte Dramático. Imagino que acabarás de despertar porque Womad no tiene ni días ni noches, tiene más bien eternas madrugadas que hacen de Cáceres un lugar tan bonito como Argentina, el país que dejaste hace unos años para venirte a vivir acá , donde también viven unos tíos tuyos y donde empezaste a hacer tus primeros pinitos como actriz. Ahora estás en el grupo Labotika: olé por tí.

Están contigo Irene, Estefanía --que ayer cumplió los 20--, Pedro y los demás, que han venido desde Palomas, donde trabajaste con ellos esta Semana Santa participando en la recreación del espectáculo que representa la búsqueda de la Cruz por parte de María Magdalena. Dormís en tu casa de San Marquino, que has abierto para ellos. Os repartís entre camas y colchonetas y me flipa veros a todos juntitos, así de contentos y queriéndoos tanto.

Ha sido la leche el momento en que Jesús (el de Almendralejo) y sus colegas, os dejaron los puntos de colores de Marca Extremadura para que Francis, magofotógrafo , os inmortalizara para siempre. El eslogan que más me gusta de Marca Extremadura es uno que cuelga de una de las torres de la parte antigua y que dice: He recorrido muchos kilómetros para llegar a Cáceres , no sé quién se lo habrá inventado, pero a mí me encanta, porque Cáceres siempre es el puerto al que quiero regresar.

Nunca olvidaré vuestro baile mientras Laura, ¡que me tiene loquito y que canta en Xöia Mai!, estrenaba La fábula en la plaza de San Jorge: "En el camino de una fría soledad, vas buscando un lugar donde hallar una sola oportunidad que te permita escapar, y escapar" .

Xöia Mai son de Cáceres, igual que Miguel, que toca en el coro de la parroquia de Guadalupe, y que Juanma. Con su darbuka y su conga me han hecho sentir que Womad es hermafrodita, porque su anatomía tiene la fuerza de Mazinger Z y la sensualidad de Afrodita A. Y porque Womad, igual que aquellos dibujos que yo veía de pequeño, nos hace buenos y solidarios. ¿Sabes que Juanma es hijo de Womad? Viene al festival desde que tenía 6 años. Entre risas dice que cuando sus padres lo traían a los conciertos, él se quedaba dentro y ellos le esperaban fuera.

También he conocido a Pedro, que está aquí con 15 amigos. Duermen todos en el cámping, ya sabes: tu casa no da para más. Pedro toca el djembed, un instrumento de percusión africano con el que hace piruetas. Lourdes y Lucila bailan para mí con sus cariocas, y Amparo y sus amigas, que son de la Asociación Misionera Interparroquial, venden por 1 euro bocatas con una pinta que te mueres. Pero además hay empanadas, croquetas... ¡Qué bien te sentaría, a esta hora del desayuno, una de esas tortitas de naranja! La asociación representa a los pobres y lo que recaude irá a parar al proyecto que las hermanas clarisas tienen en Ruanda.

Una de las cosas mejores del día es el autógrafo que Nausica, una italiana que estudia publicidad y que acompaña al grupo Boas Ondas, ha estampado en mi libreta: Por cuatro días locos que vamos a vivir, por cuatro días locos te tienes que divertir . Nausica va disfrazada de payaso; detrás de ella he visto a un mimo: no me ha dicho su nombre, pero me ha dado su email para que le enviemos una foto. El también ha escrito en mi cuaderno: smilyjuergengmx.de y me ha dedicado un dibujo.

Me he comprado dos pulseras, un collar y una camiseta pintada a mano, que lleva en el centro un caballito de mar y que si la lavas en frío no destiñe. Seguro que mi hijo pequeño me echará la bulla cuando me vea con este nuevo vestuario, pero sé que algún día entenderá que a mí, querida Jésica, me gusta sentirme tan libre como el río Paraná que pasa por San Nicolás.