Miguel Cordero, psicólogo, decidió abandonar hace unos años su casa alquilada en la calle Fuentenueva por un piso en el centro. Estaba harto de los problemas de aparcamiento que sufría a diario: "Tardaba mucho en poder aparcar y era un suplicio", recuerda. Junto a ello, afirma que el barrio tenía pocos servicios y señala, como una de las principales soluciones para revitalizar la zona, la construcción de aparcamientos. Miguel vive ahora a las afueras. "Mi calidad de vida ha mejorado".