La ermita de San Benito (siglo XVI), situada en la actual urbanización del Ceres-Golf, se convertirá en 2010 en lugar de culto habitual para los vecinos de la zona. Sus anexos, que quizás sirvieron a peregrinos que por allí pasaban, como la antigua hospedería, conformarán una sede social donde se realicen actividades tanto culturales y cívicas.

Así lo explicó la restauradora Fátima Gibello, que a pesar de la dificultad que ha supuesto encontrar los materiales que más se asemejasen a los originales, afirma que la rehabilitación finalizará en junio del 2010.

La alcaldesa, Carmen Heras, adelantó que en un futuro proyecto, el santuario podría formar parte de una ruta de ermitas cacereñas que servirá como recurso turístico para atraer a visitantes. La dirección de la reforma corresponde a la Escuela Taller San Benito de la Universidad Popular y cuenta con un total de 62 alumnos y 16 profesionales que trabajan en favor del patrimonio histórico-artístico de la ciudad. "La recuperación de oficios en vías de extinción, como el de la cal, y la formación y prácticas laborales que se les proporcionan a los jóvenes son valores añadidos a la rehabilitación del edificio histórico", declara el Director de la Universidad Popular, José Antonio Pérez, haciendo referencia a los objetivos de la Escuela Taller San Benito, que se inició en el año 2000 y tuvo que suspender los trabajos por falta de presupuesto.

SEGUNDA FASE En junio de 2008, se reinició la segunda fase de la restauración, que está dividida en cuatro períodos de seis meses y para la que se ha concedido una subvención de 1,6 millones de euros, siendo cofinanciador el Ayuntamiento de Cáceres con una aportación de 166.941 euros.

"En la primera fase, nos enseñaron las técnicas de la albañilería, y partir de los seis meses tenemos un salario de 525 euros", explica Abraham Muriel, un alumno de 17 años. "¡Tenemos ganas de ver la ermita terminada, pero también de que lleguen las vacaciones de agosto!", exclama su compañero Alberto Méndez, de 20."Tanto las clases teóricas como las prácticas sirvieron para que los alumnos pudieran intervenir en obra real", afirma Jose María Puig, uno de los monitores del taller, que junto con el resto del equipo, trabajan para que uno de los centros de culto más amplios de la ciudad esté construido, si Dios quiere, en el próximo año.