¿Se han preguntado alguna vez de dónde viene la ropa que vestimos y en qué condiciones laborales trabajan los que las hacen? A estas cuestiones busca respuesta la oenegé Setem, que ha puesto en marcha la campaña Ropa Limpia , con la que pretende concienciar a los consumidores y solicitar información a las grandes marcas sobre sus condiciones laborales.

Coincidiendo con las rebajas, ya en su recta final, esta iniciativa contempla la distribución de material sobre consumo responsable o el envío de postales a la fábrica de Induyco en Madrid para reclamar información sobre "dónde y en qué condiciones se fabrican prendas" de El Corte Inglés para sus tiendas Sfera, Bus Stop, Amitié, Síntesis, Tintoretto o Mito. Setem Extremadura se plantea hacer llegar estas cartas a Induyco en Cáceres, donde trabajan cerca de 500 trabajadores en la revisión de prendas y pedidos.

Aunque hace tres años Induyco aprobó un código de conducta para hacerlo llegar a sus proveedores, Leocadio Núñez, presidente del comité de empresa de la fábrica en Cáceres, aseguró que desconoce si se está cumpliendo. "Se hacen recomendaciones y es más márketing que otra cosa", explicó para mostrar sus dudas acerca de las condiciones laborales en los países de donde llegan las prendas.

Asimismo, esta oenegé trasladará, al igual que años anteriores, la campaña a los alumnos de centros de educación formal y no formal de la región con el objetivo de intentar "sensibilizarles como consumidores responsables por las implicaciones que tienen nuestros actos de consumo sobre el medio ambiente y los derechos de los trabajadores en los países del tercer mundo". Así lo afirma Maite Silveira, delegada de Setem en la región, que recuerda que también se difunde entre los universitarios mediante un curso que, con el título Ciclo de educación para el desarrollo , se lleva a cabo en Plasencia y en el que se aborda el papel de los ciudadanos como consumidores responsables.

En el proyecto también tiene cabida el profesorado, asociaciones de padres, talleres de empleo y otros colectivos. Los resultados de campañas anteriores son dispares, asegura esta portavoz, porque "hay gente que se queda alucinada y no se cree el precio tan baratísimo que le puede costar una prenda y el precio final al que la compra. Cómo la mayor parte del dinero se va a publicidad e intermediarios y con qué condiciones laborales se están fabricando".

Silveira añade que los que conocen esta situación responden que, "tal y como está el nivel de vida, no saben qué comprar ni dónde" ya que "los grandes grupos nacionales lo tienen todo acaparado y no producen bajo condiciones sindicales y laborales limpias". Su conclusión es que "si de 50 chavales a los que hablamos a uno ya le hacemos pensar un poco, es algo".