Con la aparición de Robe Iniesta en el escenario y los primeros acordes de El pájaro azul el hípico reventó. Lleno como pocas veces se llena este espacio en una cita musical, los fieles de Extremoduro habían llegado dispuestos a entregarse a la banda en su única parada en la región dentro de la gira Robando perchas en el hotel . Lo demostraron durante las largas horas de espera en los aledaños del Hípico y no decayeron durante el esperado concierto, que suponía el regreso de la banda a Cáceres tras su última actuación en la ciudad, en el 2004, en el mismo espacio y, como ayer, también con el cartel de entradas agotadas colgado de la taquilla.

A medida que avanzaba la tarde el recinto ferial de Cáceres se fue llenando de la legión de seguidores de Extremoduro; desde los más fieles, como Jesús, vecino de Plasencia que conoce a Robe Iniesta desde la niñez; a los más recientes, como Alvaro y Diego, dos adolescentes que han escuchado los temas de la banda desde que nacieron y que ayer iban al concierto con sus padres. Además llegaron varios autobuses procedentes de localidades como Madroñera o Piornal.

El dispositivo policial se puso en marcha a mediodía, cuando comenzó a incrementarse la llegada de seguidores. Fue similar al organizado para la feria de San Fernando, con accesos desde la rotonda del ferial y Nuevo Cáceres y salida por la rotonda de Ceres Golf. En torno a las siete de la tarde el tráfico ya era intenso y dos horas antes de la cita musical ya se registraban retenciones en el acceso principal.

Entonces (eran las ocho de la tarde) las puertas del recinto ya llevaban media hora abiertas. La policía local pidió a la organización que adelantara la hora de entrada del público debido a la masiva concentración a las puertas del hípico, que se prolongaba por toda la calle que comunica el recinto con el puesto de Cruz Roja y giraba hacia la ITV por una zona abierta al tráfico.

La policía destacó la ausencia total de incidentes en las horas previas al concierto. Al cierre de esta edición, Extremoduro continuaba haciendo vibrar al Hípico, y ya habían sonado algunos de los temas clásicos como Ama, ama, ama y ensancha el alma . El Hípico seguía también entregado a Robe, que como el mismo dijo, ayer estaba de nuevo "en casa".