Jaime Velázquez García, el que fuera primer presidente de la Diputación Provincial de Cáceres de la era democrática, concejal y abogado, falleció en torno a las siete de la mañana de ayer a los 75 años de edad, víctima de una grave enfermedad. Casado con Natividad Vioque Castaño, y padre de 8 hijos, Velázquez será enterrado hoy tras la misa funeral que se celebrará a las 10.30 horas en la Concatedral de Santa María. Hasta la capilla ardiente, instalada en el Tanatorio San Pedro de Alcántara, se trasladaron durante toda la jornada de ayer numerosos representantes de la vida política y social así como del mundo de la abogacía de la capital cacereña, donde Jaime Velázquez era profundamente respetado, querido y admirado.

La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado del Campo, mostró en declaraciones a El Periódico Extremadura, su profundo pesar por el fallecimiento de Jaime Velázquez, al que definió como "una de esas personas de Cáceres a las que se le va a echar mucho de menos". La mandataria municipal recordó cómo para su generación, Velázquez fue "un referente", un hombre --subrayó-- "del que había mucho que aprender". La dirigente destacó a Jaime Velázquez como "un caballero" y recalcó que el de ayer "fue un día triste para todos".

El presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Laureano León, mostró igualmente su dolor por tan sensible pérdida. León manifestó a este diario que Jaime Velázquez "era un auténtico señor, un gran profesional, una buena persona y un gran presidente". El actual dirigente de la institución provincial recordó que Jaime Velázquez marcó una etapa y dejó una huella en la diputación que aún no ha sido superada. No en vano, con las elecciones democráticas para entidades locales, convocadas por primera vez en 1979, se produjo un cambio radical en el funcionamiento de las diputaciones provinciales, comenzando por la dimisión de los últimos presidentes designados por el anterior régimen de Franco.

Los resultados de aquellas elecciones, favorables mayoritariamente a las candidaturas de Unión de Centro Democrático (UCD), situaron al frente de ambas diputaciones a concejales electos de este partido: Luciano Pérez de Acevedo como presidente en la Diputación de Badajoz y Jaime Velázquez García en la de Cáceres, promoviéndose por ambas corporaciones un amplio programa de obras y servicios en cada una de las provincias que mejoraron notablemente la infraestructura viaria y las dotaciones básicas de los pueblos extremeños. En el caso de la institución cacereña, como bien recordó ayer Laureano León, a Jaime Velázquez se debe el nacimiento del Complejo Cultural San Francisco, las instalaciones de El Cuartillo y la rehabilitación del Palacio Provincial, sede de la institución provincial en la plaza de Santa María.

Lo cierto es que durante el mandato de Velázquez, personaje clave de la Transición en Cáceres, se rompieron moldes y se hicieron muchísimas obras. Se consiguió el famoso canon de energía eléctrica y la labor cultural fue rompedora. Los 18 diputados de UCD trabajaron en equipo con los seis del PSOE en aquella época de ilusión de los políticos y frescura de esa democracia recién inaugurada. Jaime Velázquez, que permaneció en el cargo durante cuatro años, defendía en la última entrevista que concedió al Extremadura en diciembre de 2012, la valía de los políticos. Y enfatizaba que, salvo excepciones, los políticos son personas honestas y trabajadoras.

Uno de los hijos de Jaime Velázquez, Sergio Velázquez Vioque, fue hasta principios de este mes secretario general de Empleo, Actividad Empresarial e Innovación Tecnológica del Gobierno de Extremadura, un cargo que precisamente abandonó por la enfermedad de su padre.