De pequeño jugaba a los juegos de la calle, de adolescente la vida le obligó a hacerse mayor de repente y ahora, en plena madurez, Felipe Vela tiene en sus manos un sueño colectivo: poner a Cáceres en la cima del 2016.
--No imagino qué será de mi vida el 1 de enero de 2016...
--Imagino a Cáceres inaugurando la capitalidad europea de la cultura.
--Mi hijo mayor tendrá 22 años, mi hija pequeña, 16, y yo... rondaré los 50...
--Yo seré mayor, mi familia me necesitará menos y podré empezar una nueva etapa de mi vida más intimista, ligero de equipaje.
--No sé qué imagen proyectará mi espejo...
--Espero que el mío refleje la de un hombre feliz.
--Por ejemplo, su espejo proyecta a un dandy...
--La elegancia y el buen tono deberían ser una constante en quienes asumen cualquier tipo de responsabilidad pública.
--Aunque en la introspección que ahora ejercito cada mañana procuro mirar los espejos interiores de la gente, porque los exteriores acaban siempre siendo tiranos...
--Mirar adentro es siempre un ejercicio difícil.
--Y en ese ejercicio mis ojos traspasan al dandy...
--Entonces verá a una persona frágil.
--Y son capaces de mirarle hace 42 años sentado en este mismo pupitre...
--Sublimé esa época para sobrellevarla. Luego ha sido la más enriquecedora de mi vida, pero me tocó pagar un precio. Trabajar y estudiar desde los 15 años, con responsabilidades de padre sin serlo es algo que te deja una huella indeleble.
--¿Qué le quedó por decirle a su padre?
--Su muerte fue tan rápida que no pude pedirle que no se fuera. Está claro que lo necesitaba y tuve miedo.
--Yo al mío aún le tengo a mi lado, pero cada vez que le miro siempre tengo la sensación de que me quedan mil cosas por decirle, de que siempre me quedarán mil cosas por decirle...
--Tiene una gran suerte. No le diga nada, siéntese a su lado y comparta su espacio, eso es suficiente.
--¿Qué le quedó por decirle a su madre?
--Viuda y con nueve hijos... Con 15 años fui su soporte, no pude decirle que tenía miedo, porque ella necesitaba de mi fuerza, pero percibía su orgullo de madre.
--A la mía, el cáncer le desdibujó la sonrisa...
--A la mía también.
--¿Qué es envejecer con dignidad?
--Enfrentar la vida siendo conscientes de quien somos, aceptando lo bueno y lo malo que ésta nos ha deparado.
--¿Ha visto Volver a empezar ?
--Sí. Soy del Sporting de Gijón. Acabamos de subir a Primera.
--La película cuenta la historia de un hombre que decide comenzar de nuevo...
--A veces la vida te permite comenzar de nuevo, quien tiene la oportunidad debe aprovecharla, si es eso lo que realmente necesita.
--Usted ha tenido que partir de cero muchas veces en su vida...
--No he tenido nunca esa sensación pero es verdad que he hecho muchas cosas distintas.
--¿Qué es ser un traidor?
--El que quebranta la lealtad a sus valores, anteponiendo a los mismos otros intereses.
--¿Qué es ser un político?
--Un gestor público con una responsabilidad limitada por un mandato temporal, a veces esto se olvida.
--Ahora se habla mucho de los emprendedores. Usted fue uno de los primeros emprendedores que tuvo esta ciudad...
--Espero que alguna de mis iniciativas hayan servido para algo.
--¿Alguna vez ha querido escapar de Cáceres?
--Nunca. Cáceres es mi otro yo y a veces me duele.
--Se lo digo porque yo a veces he querido escapar de Cáceres, aunque siempre acaba conquistándome...
--Váyase una temporada y luego hablamos. Estoy seguro de que volverá.
--¿Un desamor es siempre un fracaso?
--No, como tampoco lo es la muerte. El fracaso radica en no asumirlo.
--¿Qué profesor marcó su vida?
--Aurelio Luna Soto, director del colegio Paideuterion. Me enseñó a trabajar con honradez.
--¿Cómo se hace para que el destino no decida nuestra vida?
--Cuando era entrenador de baloncesto enseñaba a acompañar el balón en su inercia sin enfrentarlo con las manos. Esa puede ser una fórmula.
--¿A qué jugaba de pequeño?
--A los juegos de la calle.
--¿Cómo fue aquel primer baile?
--Me latía fuerte el corazón y me temblaban las piernas.
--No sabemos quién sacó a quién...
--Me tocó a mí (risas).
--¿Cómo fue aquel primer concierto?
--Fue de Paco Ibáñez en Salamanca: un compromiso de la lucha por las libertades.
--¿Qué soñaba de niño?
--Soñaba con subirme a un escenario para cantar. De este sueño aún no me he despertado.
--Lo mismo le vemos en alguno...
--Todavía no pierdo la esperanza de ser telonero de Juanes (más risas).
--¿Soñó que un día tendría en sus manos la posibilidad de llevar a Cáceres a lo más alto?
--No. Pero ahora sí puedo soñarlo.
--Un día usted me descubrió. Hoy estoy contento de haberle descubierto...
--Recuerdo muy bien aquella conversación en la parte antigua. Esta última forma parte de mi vida y por eso quiero dar a la ciudad el proyecto intramuros.
--¿Qué es la capitalidad?
--Un empeño que puede despertar nuestra conciencia colectiva.
--Como imagino que no le puedo pedir que me dedique el 2016, ¿a usted que le gusta tanto la música, me dedica una canción?
--Hoy puede ser un gran día , de Joan Manuel Serrat, ¿quiere que se la cante?
--Sería un placer...
--Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti.