El conductor y hombre de confianza del matrimonio asesinado en Montesol el pasado mes de octubre, Rafael S. G., podría abandonar el centro penitenciario de Cáceres en breve. Al menos, eso es lo que ha pedido el Ministerio Fiscal coincidiendo con el levantamiento del secreto de sumario que pesaba sobre el caso desde que se iniciara la investigación. El secreto sumarial, ordenado por la titular del Juzgado de Instrucción número 3, Mari Luz Charco, el mismo día que aparecieron los cadáveres (el 22 de octubre), fue levantado por la misma jueza el pasado miércoles.

Tras la petición formulada por la Fiscalía, la jueza debe decidir si Rafael S. G., en prisión desde el 27 de octubre, puede recuperar o no la libertad. Por la información a la que ha tenido acceso este diario, el Ministerio Público no ha formulado por el momento la misma petición de libertad para la asistenta del matrimonio, una mujer de nacionalidad brasileña de nombre Angela A. D., de 33 años. Ambos ingresaron en prisión el mismo día.

La jueza responsable del caso decidió decretar la prisión provisional sin fianza de los detenidos "a la vista de los elementos de juicio y pruebas practicadas", según reflejó un comunicado del juzgado.

Fuentes policiales confirmaron ayer a este diario que por el momento no ha habido más detenciones, lo que no quiere decir que no se vayan a producir en el futuro porque la investigación continúa. De hecho, todavía se está a la espera de recibir pruebas realizadas por el equipo de policía científica.

LOS HECHOS Las víctimas del crimen, Juan Antonio Torrecilla y Mercedes García, murieron el martes 21 de octubre. Sus cuerpos se encontraron al día siguiente. Fue precisamente Rafael S. G. quien fue a alertar a los hijos de la pareja, porque no encontraba a sus padres y no abrían la puerta. Juan Antonio Torrecilla había contratado los servicios de Rafael como chófer veinte días antes del crimen, y lo hizo porque el conductor contratado anteriormente, amigo tanto de Rafael S. G. como de la asistenta, dejó el trabajo. La víctima pagaba al chófer entre 20 y 30 euros diarios.

La asistenta había estado viviendo con el matrimonio hasta una semana antes del suceso, aunque acudía a hacerles trabajos de limpieza esporádicos. Tanto Rafael como Angela tenían problemas con las drogas. El primero reconoció a la policía que días antes de la muerte del matrimonio había ido a comprar droga a Plasencia. Rafael ya había estado en prisión casi tres años condenado por robo. En su declaración ante la jueza defendió su inocencia. Ayer recibió la noticia de que el fiscal pedía su libertad provisional.