La Fiscalía no aprecia trastorno mental en el acusado de degollar a su expareja. Por ello ve procedente que el joven marroquí de 25 años Issam G., que el pasado 20 de mayo acabó con la vida de Antonia Pérez, de 37 años, que había sido su compañera sentimental durante unos meses, siga en prisión hasta que se celebre el juicio, que con total seguridad será por tribunal del jurado.

Issam G. la degolló en la habitación que tenía alquilada en una vivienda de la calle Hernán Cortés. Sobre el por qué nada dijo cuando el 22 de mayo declaraba ante el juez, pero tanto su abogado, Fernando Agorreta, como la familia del acusado "justificaron" su acción en "problemas mentales". Aseguraban que sufría fuertes trastornos psíquicos, que incluso habían motivado su internamiento en psiquiátricos de Mérida y Cáceres, y estimaban que debió cometer tan tremendo crimen "por no estar tomando la medicación".

Ante este hecho, el letrado de la defensa solicitó su internamiento en un centro psiquiátrico, pero el juez titular del Juzgado número 6, encargado de la instrucción de esta causa, no atendió su petición y decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Ayer, el fiscal jefe del TSJEx, Aurelio Blanco, manifestó que por parte del Ministerio Fiscal "no apreciamos que en la comisión de este delito, de este tremendo asesinato, haya intervenido enajenación mental alguna. Por el momento no estimamos que el acusado sufra ningún trastorno mental y, a no ser que pueda llegar algún informe más que demuestre lo contrario, vamos a mantener esta consideración". Indicó, asimismo, que se oponen al ingreso en un psiquiátrico que la defensa pide como alternativa a la medida de prisión provisional.