El Fuero de los Ganados es un código de leyes relacionado con la situación de la ganadería cacereña en el siglo XIII, intentando regularla ante los problemas que existían, al considerarla una actividad fundamental para el desarrollo de la villa y de los cacereños. La profesora García Oliva señala en lo que se refiere al Fuero de Cáceres que: «Se pueden distinguir fundamentalmente tres cuerpos legislativos distintos: la Carta de Población otorgada por el rey Alfonso IX en el año 1229, el Fuero Romanceado, fechado posteriormente entre 1231 y 1236 y, dentro de éste, el llamado Fuero de los Ganados, de una fecha posterior».

El objetivo de los fueros era el asentamiento de población, sobre todo de la nobleza, a las tierras conquistadas, intentando que poblasen las villas y que pudieran defenderlas de los ataques de los invasores.

Al reconquistarse la ciudad de Cáceres y empezar su vida como población cristiana, la ganadería experimentó un notable crecimiento, ampliándose el territorio para pastos en la parte sur, empujándose al enemigo musulmán hacia la parte meridional y realizándose continuas expediciones de rafala, acompañando y defendiendo a los ganados en su trashumancia.

El Fuero de los Ganados se redactó en el reinado de Alfonso X a mediados del siglo XIII, antes de que la Mesta llegara a tener el prestigio y la fuerza socio-económica que tuvo. Este fuero es totalmente proteccionista evitando los continuos abusos que ya hemos señalado.

Con este fuero se consiguió que la ganadería fuera el auténtico motor del desarrollo económico de la villa de Cáceres, atrayendo a muchos pobladores de todas las clases sociales, evitando la ruina de los campos cacereños y reglamentando el funcionamiento de los ganaderos defendiéndolos de los ataques foráneos.