"Muchas gracias a Cáceres, al Womad y a su gente". Así se despidieron ayer Pablo Bustamante y Patricia Alvarez tras haber vivido durante dos días el festival multiétnico por excelencia en la capital cacereña. La lluvia les estropeó un poco el fin de fiesta, aunque sólo desprenden buenas palabras hacia la ciudad. "Venimos de Tenerife y no habíamos traído demasiada ropa de abrigo. En cuanto se nos empapó la nuestra, nos moríamos de frío", manifestaron ayer. Y es que el agua que cayó durante la noche no les permitió vivir la última jornada con intensidad.

Aunque no se quedaron en el hotel. Ni mucho menos. El sábado siguieron con los planes marcados. Fueron a los bares que más les habían gustado, a seguir disfrutando de la comida extremeña y a conocer gente nueva. También al Gran Teatro, donde bailaron al son de los timbales de un taller womero africano. "El profesor, encima, era muy simpático. Nos lo pasamos genial", cuentan. "A nivel de organización, el Womad ha sido muy bueno. Ha habido algunas cosillas por la lluvia, pero en general ha estado todo fenomenal".

Ayer, sobre la una y media del mediodía, cogieron un autobús con destino Sevilla, donde pasaron la noche antes de volar hoy hacia Tenerife. Y ya piensan en un nuevo viaje a la región. "Ahora queremos ver el verde, recorrernos el entorno y la provincia de Cáceres", anuncian. Pablo, biólogo, y Patricia, licenciada en Bellas Artes y gestora de eventos culturales en Tenerife, se despiden de la ciudad piropeándola. "Nuestro hándicap en este Womad ha sido la lluvia, pero repetiríamos sin ninguna duda", finalizan.