La junta de gobierno de la Confederación Hidrográfica del Tajo decidía el 15 de diciembre que Alcántara no podía descender de la cota 192 para garantizar el suministro de agua a Cáceres. Ayer este embalse ya estaba en la cota 211, había subido casi veinte metros en solo un mes. En este tiempo la medida que hace 33 días adoptó la confederación ha dejado de ser necesaria y además entre el 4 y el 13 de enero se han vertido 7.400.000 metros cúbicos del pantano del Guadiloba, cantidad equivalente a la tratada en la depuradora durante 9 meses para su consumo en Cáceres.

Esta cantidad es poca comparada con la que se alivió durante los primeros días del mes de noviembre del 2006, cuando se produjo el anterior desembalse y en un solo día se vertieron 12,5 millones de metros cúbicos, más de lo que consume Cáceres durante un año. Los desembalses se están convirtiendo en algo habitual.

Durante la última década se han tenido que abrir las compuertas del Guadiloba en el 2000, 2003, 2004, 2006, 2007 y 2010. El día con más agua vertida en la última década fue el 5 de noviembre del 2006, pero la situación más complicada en la historia del Guadiloba se vivió la noche del 5 al 6 de noviembre del año 1997, cuando el agua saltó por encima de la presa. A raíz de este suceso se hizo el aliviadero lateral, que es el que se ha abierto en los últimos días.

El concejal delegado de Infraestructuras, Miguel López, informó ayer a los miembros de la comisión de Desarrollo Local de los datos de los desembalses que se han producido durante enero. El primero se inició la noche del pasado día 4 cuando el caudal de entrada de agua al embalse era de 54 metros cúbicos por segundo, llegando a subir a 150.

Ayer no hubo desembalses y en principio tampoco se esperan para los próximos días, según las previsiones que maneja el ayuntamiento, precisó el concejal.

Los desembalses en el Guadiloba, por su tamaño y por su cuenca, se continuarán produciendo en próximos años, aunque se haga el trasvase de Portaje, ya que el Guadiloba se seguirá usando.