Soy padre de tres alumnos del colegio Licenciados Reunidos. Cada mañana sufro, como el resto de padres, la búsqueda de un lugar donde parar el coche y poder bajar a mis hijos, difícil tarea a las puertas de un centro con unos 1.200 alumnos. Aún así, jamás he presenciado una contienda entre padres por temas de tráfico.

Sin embargo, periódicamente, sufrimos la prepotente actitud de algunos miembros de la Policía Local que actúan de semáforo en los pasos de cebra, aprovechando los 60 o 90 segundos de la parada para hincharse a poner multas. Existe normativa que permite a los conductores parar varios minutos para la subida y bajada de viajeros, y por lo tanto considero que son multas injustas. Pero aunque no existiese esta normativa, ¿no sería de sentido común en una calle con dos carriles, dejar uno libre y en el otro permitir que suban y bajen niños para ir al colegio? ¿No sería oportuno aprovechar precisamente la presencia policial para regular el tráfico con esta circunstancia y no para hacer en exclusiva de semáforo humano?

No sólo nos indigna la indefensión ante un policía que multa injustamente, sino también su actitud chulesca y prepotente. ¿Cómo se supone que debemos llevar a nuestros hijos al colegio, en dron? Por favor, que las mismas autoridades que nos sancionan respondan a esta pregunta.

Uno de mis hijos siempre quiso ser policía, les admiraba. Esta mañana, ante la mirada incrédula de decenas de personas, un policía paró el tráfico, sacó su terminal móvil y empezó a hacer fotos a nuestros coches. Mi hijo miraba cómo, ante nuestras quejas, el policía nos trataba como si fuéramos delincuentes. Mientras le dejaba en el colegio me ha dicho con la mirada triste: "Papá, ya no quiero ser policía de mayor, y no te preocupes porque mañana podemos salir de casa 35 minutos antes para venir andando, aunque llueva".

El autor es Álvaro Regidor.