La mayoría de nosotros hablamos, a lo largo del día, con muchas personas. Desde compañeros de trabajo, hasta vecinos o la médico que nos atiende en una consulta. Cuando estamos con los amigos, también charlamos con ellos. Igual que contamos nuestras inquietudes o las cosas que nos suceden, otras personas nos las cuentan a nosotros. Sin embargo, ¿llegamos a entender a esas personas? ¿Sabemos realmente qué les pasa?

Manuel Femia, presidente del Teléfono de la Esperanza de Cáceres, considera que aún «muga gente confunde escuchar con no estar sordo y, cuando alguien te habla, prestarle atención y ese es sólo el primer paso». Según Femia, hay comunicación más allá, donde «el que escucha, intenta ponerse en la piel del otro, comprender lo que está diciendo».

Manuel Femia sabe de lo que habla. En el Teléfono de la Esperanza escuchan a aquellos que necesitan no sentirse solos ni incomprendidos al otro lado de la línea.

Describe Femia una realidad muy común, «cuando alguien nos habla y ha dicho tres palabras creemos que hemos comprendido la totalidad del mensaje y estamos pensando ya en qué le vamos a decir». Para el presidente del Teléfono de la Esperanza de Cáceres «eso no es la escucha, sino atender desde el principio hasta el final e intentar entender».

Si la persona que nos habla tiene dificultades de comunicación, esto se agrava aún más. Por este motivo, el Día de la escucha, que organiza el Teléfono de la Esperanza desde hace cuarenta años, estará dedicado mañana a las personas con discapacidad. Este colectivo, según Manuel Femia, no sólo puede tener dificultades para la expresión, sino que les resulta, en general, más difícil comunicarse con personas sin discapacidad, «no es que haya un rechazo hacia ellos, pero si nos fijamos, quien va detrás de una persona en silla de ruedas suele ser un familiar o alguien pagado, rara vez es un amigo».

Tras esta situación, Femia cree que están los problemas de comunciación, no sólo de las personas con discapacidad, sino de todos y que quizá, si supiéramos escuchar mejor, se superarían estas barreras.

Para Manuel García Carretero, psicólogo y presidente del Teléfono de la Esperanza de Sevilla, esto se debe a que muchas veces «no sabemos cómo acercarnos a estas personas». Él será mañana el encargado de dar la conferencia La esperanza frente a la desesperanza, tú eliges, a las 20 horas en el salón de actos de la calle Clavellinas, con motivo del Día de la Escucha. Según García, esta situación se puede cambiar si superamos los prejuicios y practicamos una escucha activa, algo que asegura, se aprende. Para ello, «hay que decidir escuchar», asegura este psicólogo sevillano, «tenemos ciertas reticencias porque pensamos que escuchar a alguien puede ser cargar con su problema o que nos plantee situaciones para las que no tenemos solución». Sin embargo, nuestra misión como escuchantes no es revolver las situaciones de los demás, considera Manuel García, sino «tener disposición para estar junto a la persona, escucharla, acompañarla y ser compañeros de camino de esas dificultades».

García asegura que «nos falta descubrir en muchas ocasiones que las respuestas que nos piden las personas las tienen ellas mismas, sólo necesitan a alguien que, escuchándoles, les ayude y les dé la oportunidad de descubrirlas».

En este sentido, la escucha activa es como un espejo donde se mira la persona que nos habla.

«Escuchar no es estar callado esperando que el otro deje de hablar, sino estar con la otra persona», concluye Manuel García Carretero.

En esta era de las nuevas tecnologías, donde mucha gente cuenta a cada instante lo que le sucede en las redes sociales, quizá sea más difícil que nunca detenerse un momento a escuchar de verdad a quien nos habla.