No hay un lugar en el mundo semejante al Centro de Cirugía de Mínima Invasión, no al menos con sus características. Su precursor, fundador, impulsor y auténtica alma es el doctor Jesús Usón (Zaragoza, 1947), veterinario, científico y catedrático, convertido en presidente de honor. Se considera «extremaño», y por tanto persona noble. El equipo incondicional que le apoya siempre ha dado fe.

--Podría haber elegido cualquier lugar de España, pero finalmente desarrolló en Cáceres un proyecto único a nivel internacional: el Centro de Cirugía de Mínima Invasión. Es sabido que le han hecho propuestas para trasladarlo. Siempre lo descartó, ¿por qué?

--En la vida, cuando tienes un apoyo claro en un lugar, debes de ser fiel a ese lugar. Se llama honradez. Cuando se planteó la creación del centro en Cáceres, el entonces presidente de la Junta (Rodríguez Ibarra) dijo que lo iba a construir, y con eso fue suficiente. Se anunció el 30 de enero de 1993 y el primer centro se puso en marcha en tiempo récord el 17 de abril de 1995. Constituimos un consorcio donde comenzamos a desarrollar el concepto de biomedicina, se hizo un modelo verdaderamente de presente y de futuro como se ha demostrado.

--¿Cómo vio el futuro de la cirugía laparoscópica hace décadas?

--En el año 82, Vicente Tejero, el mejor endoscopista médico que he conocido, y además amigo personal, me enseñó muchísimos avances en los que vi con claridad que se podía implicar a la cirugía laparoscópica. A partir de ahí empezamos a desarrollar modelos comunes en ensayos preclínicos en animales, y su aplicación en la especie humana. Aquello fue en Zaragoza, pero de ahí surgió el embrión de este centro que luego implantamos en Cáceres.

<b>--¿Cómo se siente al saber que hay miles de médicos en quirófanos de medio mundo aplicando las técnicas aprendidas aquí?</b>

--Es un orgullo para el staff del centro, que trabaja duro diariamente en su desarrollo, pero también para aquellas personas e instituciones públicas y privadas que apostaron por esta tecnología. Podemos extraer una conclusión muy relevante: cuando surge un proyecto y todo el mundo lo apoya, como ha sido el caso del Centro de Cirugía, se llega a un punto común donde la sociedad se beneficia. En la vida hay que sumar y no restar, hay que ser generoso. Es la lectura más importante, que puede extrapolarse a otros aspectos.

--Los cursos del centro son de referencia internacional. ¿De qué países vienen los facultativos para aprender las últimas técnicas en cirugía mínimamente invasiva?

--Durante los últimos diez años, desde que nos trasladamos al nuevo centro, hasta esta misma mañana, hemos recibido a 19.109 profesionales siempre en pequeños grupos de 12-16 alumnos, nunca masivos. Han venido de más de medio centenar de países, muchísimos de Latinoamerica, evidentemente de toda Europa, de Canadá, Israel, China, Irán, Irak, Qatar, Marruecos...

-<b>-Esto no puede parar. Sus avances saltan a la vista, trabajan en proyectos internacionales de vanguardia. Su responsabilidad con la sociedad y con la comunidad científica debe pesar mucho…

</b>--Sí, pero esa responsabilidad la compartimos todos. Quizás una de las cosas que no hemos sabido transmitir bien es la difusión de lo que Extremadura está haciendo desde este centro a nivel mundial, y esa responsabilidad debemos cuidarla en común, cada cual poniendo su pequeño grano: los trabajadores del centro, los medios de comunicación, la ciudadanía... Reitero: hay que sumar. Además, la ciencia lleva una gran velocidad y se desarrolla continuamente. A un investigador no le pesa tener que estar siempre en vanguardia, al contrario, es un reto, el hecho de seguir investigando y conocer la evolución de la ciencia resulta importantísimo. La ciencia te conserva joven, es una savia que te da vida, puedes tener 60 o 70 años pero los avances llevan tal velocidad que continuamente te obligan a aprender.

<b>--Además, a la cirugía laparoscópica le queda mucho camino. ¿Qué porcentaje de intervenciones utilizan ya esta técnica?

</b>--No hay un dato general, habría que verlo por especialidades, desde la ortopedia a la cirugía del aparato digestivo, pasando por ginecología, urología, tórax, vascular... Pero cada día la barrera se va rompiendo, el instrumental avanza con la ingeniería y se aplican nuevos equipos a las técnicas quirúrgicas, todo ello acompañado de la robótica. Los primeros trabajos de colecistectomía se publicaron en los años 80 y la evolución ha desbordado lo imaginable.

<b>--Dan la sensación de ser un gran equipo con un buen engranaje…

</b>--Sí, en este centro resulta fundamental la forma de trabajar conjuntamente desde las programaciones, desde la investigación combinada con su aplicación, los ensayos preclínicos, los ensayos clínicos, la ingeniería... Aquí hay médicos, veterinarios, ingenieros, farmacéuticos..., un conglomerado en biomedicina que es por donde va el desarrollo.

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--Le concedieron la Medalla de Extremadura...

</b>--Sí, es un orgullo y un honor. Pero esta medalla, aunque se ponga a una sola persona, representa el esfuerzo de un grupo de trabajo. Ya no estamos en la época de Ramón y Cajal, ahora si se quiere hacer algo con sentido, debe hacerse con la dedicación de un grupo de trabajo, y así ha sido en el Centro de Cirugía, una suma de ideas apoyadas por instituciones públicas y privadas y personas a título particular. Además, hay mucha gente que verdaderamente trabaja tanto como este grupo y nunca tiene un reconocimiento.<b>

</b><b>-¿Extremadura podría aportar más al progreso de sí misma y del resto del país si se lo propusiera, o estamos en desventaja?

</b>--En biomedicina, como es nuestro caso, si se quieren desarrollar determinadas técnicas hay que impulsarlas económicamente con claridad. Los países que están a la vanguardia son los que apuestan por I+D+I a través de su PIB: Corea del Sur (4,10%), Israel (4,09%), la media europea... Pero España dedica una inversión muy baja. Por tanto, una zona no tiene más desventajas que otra, la diferencia estriba en el apoyo a este tipo de proyectos. Si no se invierte, difícilmente se puede competir con el vecino que sí lo está haciendo.

-<b>-¿Qué hace en sus ratos libres?

</b>--Me gusta especialmente mi casa, en Sierra de Fuentes, encuentro mucha paz, una gran tranquilidad. Tengo un cuarto en el jardín donde me pongo a pintar, me relaja porque me permite crear.

<b>--Usted nunca dejará el barco...

</b>--El 5 de mayo cumplo 70 años pero aún tengo mis proyectos personales de desarrollo. Ya se lo he dicho al director científico y al patronato: me jubilaré cuando venga una mañana al centro y no tenga nada que aportar, entonces me retiraré sin hacer ruido. Todavía siento muchas ganas de trabajar por este proyecto.